La actividad minera frente al cambio climático

2 enero, 2019
Rodrigo Andrade

“En una actividad con la importancia, impacto, trascendencia e historia que la minería tiene para Chile, parece necesario que sus aportes deban ser de mayor relevancia”.

Por Rodrigo Andrade, co fundador de Liderazgo Sustentable y líder climático latinoamericano de The Climate Reality Project. _____________________

Recientemente se conoció que los gases de efecto invernadero alcanzaron niveles récord de concentración en la atmósfera en 2017. El informe concluye que si no se reducen rápidamente las emisiones, en particular el CO2 (dióxido de carbono), el cambio climático tendrá impactos cada vez más destructivos.

En este contexto, entre las actividades económicas cuyas emisiones resultan ser las más importantes para Chile figura la actividad minera, por lo que vale la pena preguntarse cuáles son sus principales efectos en la transformación del clima.

Nuestro país cuenta con el 82% de los glaciares de América del Sur, sin embargo, a causa del cambio climático y el polvo que genera la actividad minera, su destrucción se ha acelerado en las últimas décadas, amenazando una de las mayores reservas hídricas del planeta.

Aunque la relación causa-efecto es todavía difícil de confirmar, hay investigaciones que plantean que la minería podría representar un auténtico peligro para los 24.114 glaciares que aún hay en Chile. La desaparición de los glaciares viene a caracterizar un complejo escenario para el país, el que además enfrenta el décimo año de sequía.

Es así como el acceso al agua se ha convertido en un enorme reto en el norte de Chile, en donde la gran minería se desarrolla mayormente, por lo que la presión ambiental por el vital elemento se hace notar cada día con más fuerza. Esto, sin considerar la ocurrencia de lluvias en parte del territorio donde históricamente no llovía con sus consecuentes efectos sobre los relaves mineros.

En este escenario se debe agregar que la actividad minera no está afecta a la reciente Ley 20.780 de Impuesto Verde, que grava las emisiones de fuente fija como las provenientes de hornos y fundiciones, lo que sin duda es un vacío en su gestión sustentable para la actividad, desde una mirada crítica.

Sin embargo, hay aspectos positivos reconocibles en la industria, ya que buena parte del impulso comercial del boom de las ERNC proviene con el fin de alimentar a la industria minera. A esto deben sumarse los esfuerzos en inversión de infraestructura para aprovechar el uso de agua desalinizada.

Pues bien, los desafíos futuros para la industria que contribuyan a los planes de mitigación y adaptación al cambio climático, parece evidenciarse a través de las acciones ya descritas. Sin embargo, en una actividad con la importancia, impacto, trascendencia e historia que la minería tiene para Chile, parece necesario que sus aportes deban ser de mayor relevancia.

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