Juan Ramón Candia: “La incertidumbre es una regla del juego con la que tenemos que aprender a vivir”

11 septiembre, 2016
Juan Ramón Candia

 Juan Ramón Candia

Haciendo una crítica a las medidas cortoplacistas que emergen desde el sector público o privado en la búsqueda por procesos más sustentables, Juan Ramón Candia es enérgico al sostener que hay una serie de desafíos en la materia que deben ser abordados con una mirada integral y responsable. “Debemos pensar en las futuras generaciones”, señala en entrevista con Revista Nueva Minería y Energía.

Camila Morales
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Si hay un tema que ha llamado la atención de Juan Ramón Candia a lo largo de su carrera profesional es la sustentabilidad. Como vicepresidente de la Asociación de Empresas y Profesionales por el Medio Ambiente (AEPA), Candia busca promover una conciencia más sustentable tanto en el ámbito privado, como también a nivel público y ciudadano.

En su opinión, comúnmente se tiende a comprender los desafíos en materia de sustentabilidad en forma separada, lo cual “es una interpretación que carece de una mirada sistémica”. Para este experto, el cambio climático está ocurriendo y por ello es imprescindible tomar medidas que apunten a mitigar los efectos del calentamiento global.

En este contexto de cambios, a su juicio, la incertidumbre emerge como un escenario constante que exige una capacidad de adaptación de las empresas, el Estado y la ciudadanía. En entrevista con Revista Nueva Minería y Energía, Juan Ramón Candia analiza los avances y tareas pendientes de este tridente en materia de sustentabilidad.

¿Cuál es su análisis respecto al desarrollo de la sustentabilidad en el país?

Comúnmente tendemos a ver los desafíos en forma separada, lo cual es una interpretación que carece de una mirada sistémica. Hoy día el planeta enfrenta un desafío gigantesco en términos de su proyección hacia el futuro. Hay razones de sobra por las que tenemos que preocuparnos en serio del planeta, porque hay indicios claros de que el cambio climático está ocurriendo. Aumento de inundaciones, aumento de sequías, derretimiento de las masas de hielo, aumento de nivel del mar, etc. Esto tiene mucho que ver con los desafíos hídricos, porque el agua dulce está en bajas proporciones y la disponibilidad es limitada.

¿Cuál es su diagnóstico respecto a la actual regulación del sistema hídrico de Chile?, ¿cuáles son sus desafíos?

En 2011 el Banco Mundial hizo un informe donde detectó once grandes desafíos de Chile, que tienen que ver con una carencia de una mirada integrada a la gestión de la cuenca, derechos de agua y otorgamiento a perpetuidad, la gran atomización que tienen las instituciones del agua, las atribuciones de la DGA, el nivel de conciencia ciudadana, etc.

Frente a este escenario, hay tres acciones que este gobierno ha promovido para enfrentarlo, que es una política nacional de recursos hídricos, la propuesta de una nueva institucionalidad del agua, y la modificación al Código de Aguas. Hoy día, más del 60% del territorio chileno está bajo estrés hídrico, el abastecimiento primario no cuenta con seguridad hídrica y han aumento los conflictos por el agua.

Muchas veces se ha dicho que las guerras en un futuro van a ser por agua, sin embargo, el primer conflicto por el agua fue hace 4.500 años. El Pacific Institute tiene mapeado cerca de 380 conflictos hídricos a nivel global, es decir, los conflictos por el agua ya se dan. Lamentablemente, no es ciencia ficción, los problemas por el recurso hídrico son reales.

Esto forma parte de los desafíos globales de la sustentabilidad. Tenemos la obligación moral de dejar un planeta igual o mejor al que tenemos. En segundo lugar, debemos pensar en las generaciones actuales. Nosotros y nuestros hijos queremos vivir en una ambiente libre de contaminación. En tercer lugar, el recurso hídrico tiene importancia a nivel económico. El agua es un gran motor de desarrollo y de crecimiento, es un gran generador de PIB. Y en cuarto lugar, es un tema de seguridad nacional.

El déficit de agua según la DGA hoy es de 82 metros cúbicos por segundo, al año 2025 va a ser el doble. Entonces, la pregunta es, si hoy día con el déficit actual estamos en la situación que estamos, ¿qué va a pasar cuando el déficit sea el doble? Y es ahí cuando aparecen las opciones tecnológicas como la desalinización, o el tratamiento de aguas servidas que hoy son depositadas en el mar. Hoy día es urgente abordar estrategias sobre cómo enfrentar este futuro.

agua

En la opinión del vicepresidente de AEPA, actualmente es urgente abordar estrategias sobre cómo enfrentar un futuro con escasez hídrica.

A tan poco tiempo que el déficit hídrico se eleve, ¿considera que se está trabajando de manera eficiente en idear estrategias para revertir esta tendencia?

Tendemos a mirar soluciones muy inmediatas, pensando poco en el mediano y largo plazo. Por ejemplo, respecto al tema hídrico, una iniciativa público – privada que se está coordinando es justamente eso, discutir cuáles son los escenarios hídricos al año 2030, cuáles van a ser esos escenarios posibles, y las soluciones posibles para realizar una estrategia y un plan de acción. Hoy día muchas de las medidas están enfocadas al hoy, pero hace falta esta mirada al 2030, o al año 2050. Es un poco lo que se ha hecho en el tema energético, que es una mirada a largo plazo.

En relación al Código de Aguas, el gobierno quiere introducir una especie de “royalty al agua”, además de eliminar la “concesión perpetua” que ahora rige. ¿Cree que estas medidas son las correctas para mejorar el sistema hídrico en Chile?

Son necesarias estas medidas, aunque no es la solución al problema. Cambiar el Código de Aguas no va a generar más agua, pero es necesario, porque se ha dado paso a la especulación respecto al derecho del recurso hídrico. Por otra parte, también es relevante avanzar rápidamente en la disponibilidad de información. Hoy día no está la información suficiente para tomar decisiones. Es muy difícil hacer gestión y tomar conclusiones sobre una base débil de información.

En la industria minera y energética señalan que con esta reforma habrá mayor incertidumbre en el desarrollo de proyectos. En su opinión, ¿cuánto hay de cierto en esta afirmación?

El mundo cambió radicalmente. Vivimos en la época de la transparencia de la información, vemos como los gobiernos están siendo desafiados en todo el mundo por su ciudadanía, con gente mucho más informada, entonces creo que no hay más que cuestionarse si este tipo de medida genera incertidumbre. Hoy en día la incertidumbre es una regla del juego con la que tenemos que aprender a vivir, y exige una capacidad de adaptación a las compañías que antes no tenían.

Entonces, el desafío para las empresas es más bien ser capaces de adaptarse a estos cambios que son irreversibles. Más que quedarse en el espacio de cuestionar, es qué hacemos nosotros como compañías para estar mejor preparadas para lo que está ocurriendo hoy y lo que viene.

Juan Ramón Candia

“Al igual que el comportamiento de las compañías, usualmente el Estado va detrás de los cambios que ocurren en el entorno”, señala Juan Ramón Candia. (Foto:Revista NME)

¿Y cree que efectivamente las empresas están realizando esfuerzos para adaptarse a este escenario de incertidumbre?

Tal vez, más que en forma proactiva, ha sido por el peso de la realidad que las empresas han ido tomando acciones. Muchas compañías han ido transformando su mirada del entorno, en términos de entender cómo generar una estrategia de valor compartido real. Creo que eso está sucediendo, pero es lento. Si comparamos el escenario de hoy hace diez años atrás, el cambio es gigantesco, pero si comparamos el hoy con lo que se necesita, estamos muy lejos de la meta.

El desafío para las empresas es importante, en términos de entender en forma genuina cómo debe ser su relación con las comunidades. Ya no es el maquillaje de antaño, hoy día requiere un esfuerzo significativo porque el peso de las comunidades es grande e irá en aumento.

¿Cuál es su opinión respecto a accionar del Estado frente a este escenario?

Al igual que el comportamiento de las compañías, usualmente el Estado va detrás de los cambios que ocurren en el entorno. Hoy en día está a prueba su capacidad de adaptación. La institucionalidad ambiental requiere de una mirada país, no sólo a cuatro años, que es lo que duran los gobiernos. Ese es un cambio relevante que no ha ocurrido. El Estado debe aprender a sobreponerse a este desafío y potenciar la capacitación de personal, hasta incrementar las capacidades tecnológicas, para adecuarse a los desafíos del Chile y del mundo de hoy, con una mirada de política de Estado que trascienda los gobiernos.

¿Cuál es su opinión respecto a los Impuestos Verdes?, ¿cree que es una reforma necesaria?, ¿por qué?

Sí, es una medida necesaria y hay razones para justificar aquello. Primero, Chile es miembro de la OCDE y es un compromiso como miembro de la organización tener Impuestos Verdes. En segundo lugar, esta medida forma parte de los compromisos de la COP 21, donde Chile se comprometió a reducir las emisiones de CO2 y los Impuestos Verdes van en directa relación con ello. En tercer lugar, las compañías tradicionalmente han obtenido utilidades, pero han generado externalidades negativas para otros, como la contaminación o la explotación de recursos hídricos.

Entonces, el Impuesto Verde de alguna forma debería tender a transparentar las externalidades negativas. Y en cuarto lugar, nuevamente en esta visión de país se debería promover un desarrollo más sustentable. Por estas y otras razones, el Impuesto Verde debería ser un buen mecanismo. Hay muchas críticas de que es un impuesto arbitrario y que los montos no son los adecuados, pero de todas formas sí es una herramienta útil y necesaria, la cual puede ser mejorada.
¿Cuánta importancia tiene la implementación de nuevas tecnologías en la eficiencia de los procesos en industrias como la minera y energética?

No todo se debe dejar en manos de la tecnología, pero es muy relevante. Por ejemplo, se ha calculado que si la agricultura introdujera un riesgo eficiente, de goteo, por ejemplo, se podría disminuir en un 40% el déficit hídrico, que es gigante. Entonces, las tecnologías cumplen un rol relevante. Por otra parte, la minería recicla bastante su agua, pero no hay que olvidar que la tecnología es un componente, porque también está el componente de la conciencia ciudadana, la conciencia de las empresas, la gestión integrada. No hay que olvidar que todo de ver ser visto de manera sistémica.

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