ISO 50001: La norma que intenta emprender el vuelo

21 julio, 2014
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Pese a los avances logrados, la nueva norma basada en gestión de la energía aún está en pañales, complicando su puesta en marcha por parte de las empresas. ¿Su mayor reto? Posicionarse dentro de las estrategias operacionales de los distintos sectores productivos del país.

Daniela Tapia – Revista Nueva Minería y Energía
 

Las luces de alerta están encendidas. El Panel Intergubernamental de Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC por sus siglas en inglés) aseguró un hecho concluyente: el calentamiento del sistema climático se ha dejado caer con fuerza en las últimas décadas.

Prueba patente de este fenómeno ha sido el incremento en la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, tales como olas de calor, heladas, fuertes lluvias, sequías y ciclones tropicales, además de un aumento en el nivel del mar. Tanto así, que el período 1995-2006 está en el ranking de los 12 años con mayor temperatura desde 1850.

Pese a este crudo panorama, el mundo necesita incrementar el suministro energético para sustentar su crecimiento económico y desarrollo. Pero los recursos energéticos están bajo presión y las emisiones de CO2 que provienen del uso actual de la energía ya amenazan la estabilidad del clima. ¿Qué opciones tenemos de migrar hacia energías más limpias y eficientes?, ¿cuánto costaría?, ¿qué políticas necesitaríamos?

Estas son algunas de las interrogantes y preocupaciones que se han instalado en la opinión pública. Y una de las banderas de lucha que se ha alzado para enfrentar este problema es la eficiencia energética, definida según algunos expertos, como el medio más prometedor para reducir los gases de efecto invernadero en el corto plazo. Al menos, así lo aseguró en una oportunidad el ex secretario ejecutivo de la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Yvo de Boer.

Bajo esta idea, especialistas se dieron a la tarea de buscar un mecanismo que permitiera gestionar la energía en los sectores productivos y así, aterrizar el concepto de la eficiencia energética. Es así como en 2008 la International Organization for Standardization (ISO) desarrolló la ISO 50001, una norma que apunta a optimizar de mejor forma los recursos energéticos con los que cuenta una empresa.

Publicada en 2011, sus proyecciones son positivas. Se espera que afecte a más del 60% del consumo energético mundial y tiene el potencial de llegar a ser un catalizador global para la eficiencia energética industrial, del mismo modo que la ISO 9001 lo ha sido para la calidad. No por nada, según la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), el consumo específico de energía en la región podría ser reducido entre 10% y 25% en el corto y mediano plazo a través de la implementación de planes de eficiencia energética.

En términos simples, el propósito de esta nueva norma apunta a que las organizaciones establezcan los sistemas y procesos necesarios para mejorar su desempeño energético, incluyendo eficiencia energética, uso, consumo e intensidad. ¿Consecuencias? De acuerdo a algunos expertos, la implementación de este estándar debería conducir a una reducción en el costo de la energía, la disminución de la emisión de gases de efecto invernadero y otros impactos en aspectos medioambientales, a través de una gestión sistemática de la energía.

A tres años de su publicación, la nueva normativa ya ha rendido frutos a nivel mundial. Así lo demuestra el crecimiento del más del 300% que experimentó el número de certificaciones del Sistema de Gestión Energética (SGE) según la norma ISO 50001. De acuerdo a la Agencia Chilena de Eficiencia Energética (AChEE), el país que encabeza la lista de esta tendencia es Alemania con más de 1.000 certificaciones.

En Estados Unidos, por ejemplo, la ISO 50001 es utilizada como base de programas. El Superior Energy Performance de ese país califica a las empresas según sus niveles de ahorro de energía, tomando como base estar certificadas bajo esta norma. Mientras tanto, en la Unión Europea se ha hecho obligatoria la realización de auditorías energéticas cada cuatro años, a menos que cuenten con un sistema de gestión de energía certificado.

“La AChEE desarrolló un programa piloto de apoyo para la puesta en marcha de sistemas de gestión de energía basados en la ISO 50001”, dice Michel de Laire, jefe del área Industria y Minería de la AChEE. (Foto: AChEE).

“La AChEE desarrolló un programa piloto de apoyo para la puesta en marcha de sistemas de gestión de energía basados en la ISO 50001”, dice Michel de Laire, jefe del área Industria y Minería de la AChEE. (Foto: AChEE).

¿Qué pasa en Chile?

Como era de esperarse, la ISO 50011 también arribó a Chile ganando adeptos apenas comenzó a divulgarse. Tal es su relevancia que para Mónica Gazmuri, gerente general de la Asociación Nacional de Empresas de Eficiencia Energética, Anesco Chile, esta es la primera norma que atiende la temática de la gestión de energía, permitiendo que se “institucionalice la eficiencia” gracias a la mejora continua, medición, evaluación y corrección de cómo se va usando la energía.

Una de sus características es que no es obligatoria, por lo que su incorporación es voluntaria por parte de las empresas. Pero a juicio de la representante de Anesco Chile, su importancia es significativa a la hora de evaluar sus beneficios. “Que en Chile se estimule su incorporación es justamente derivado de nuestro escenario energético, donde las empresas e industrias se ven afectadas en su productividad y competitividad si no maneja de forma eficiente el uso de la energía en todos sus procesos”, sostiene Gazmuri.

Es en este escenario donde la Agencia Chilena de Eficiencia Energética (AChEE) ha liderado la puesta en marcha de esta norma a través de diversas medidas. Una de ellas es el Programa de Sistemas de Gestión de Energía (SGE), que promueve la incorporación de la ISO 50001 tanto en la industria como en la minería mediante distintas medidas de implementación, difusión y generación de capacidades.

En cuanto a implementación, la AChEE desarrolló un programa piloto de apoyo para la puesta en marcha de sistemas de gestión de energía basados en la ISO 50001. Este piloto -según la entidad- entregó apoyo a las empresas para implementar la norma a través de personal especializado, con el fin de obtener la certificación correspondiente al final del proceso.

“Los participantes fueron 41 instalaciones pertenecientes a empresas y organizaciones de distinto tipo de industrias y servicios a nivel nacional. Veinte de éstas obtuvieron la certificación, mientras que las restantes continúan con el apoyo de la AChEE para que consigan la certificación”, dice Michel de Laire, jefe del área Industria y Minería de la AChEE.

En materia de difusión, la entidad desarrolló la guía de implementación de sistemas de gestión de energía y la página web www.guiaISO50001.cl, que muestran la metodología de implementación de este tipo de sistemas, entregando consejos prácticos a la hora de hacer efectiva la ISO 50001.

Asimismo, este año el organismo lanzó dos líneas de apoyo que funcionarán como ventanilla abierta hasta el 31 de octubre. En estas líneas de apoyo, la AChEE entregará cofinanciamiento para la asistencia técnica especializada en SGE basado en la norma ISO 50001 en las diferentes etapas del proceso de implementación. Y además, piensa continuar con los procesos de capacitación y preparación a través de cursos para que diversas empresas puedan llevar a cabo esta normativa.

Tomando en consideración estas líneas de acción, el profesional de la AChEE está convencido de que la implementación y certificación de esta norma puede ayudar a que las empresas reduzcan sus costos en energía, y así aumenten su competitividad dentro de sus industrias.

“Con esta normativa las empresas pueden contar con información adecuada para tomar decisiones que afecten sus consumos de energía, como por ejemplo, al momento de comprar equipos o al definir los planes de mantenimiento de éstos”, afirma.

Una de las empresas que ha estado apoyando este proceso es Creara, entidad española especializada en gestión de la eficiencia energética. En los últimos años ha asesorado a numerosas empresas chilenas en esta materia de la mano de los proyectos lanzados por la AChEE. Entre ellas se encuentran algunos casos de éxito como Patagoniafresh, CristalChile, TPA (Terminal Puerto de Arica) o Transportes Nazar, las que ya se encuentran certificadas en la norma ISO 50001, mientras que otras están en proceso de certificación, cerrando los últimos aspectos de la implementación.

Así lo confirma la gerente Técnico de la compañía en Chile, Vanessa Tirado. “Los resultados en su totalidad son positivos. La mayoría de las empresas destacan que tras la implementación de un sistema de gestión de la energía ISO 50001 han conseguido obtener un gran control sobre sus consumos gracias al enfoque sistemático de la norma. Pues, ésta implica un ordenamiento interno de la información energética existente y la identificación de nuevas metodologías de seguimiento y medición”, plantea la especialista de Creara.

Otro factor que destaca Tirado es que gracias a la normativa se produce un aumento de la cultura de eficiencia energética entre los trabajadores de una firma determinada. “En nuestra experiencia en Europa, Chile y otros países de América Latina, se consiguen ahorros de hasta un 10% sobre el total de los consumos energéticos de una empresa”, asevera.

Aún es complicado que las empresas se embarquen en la implementación de una nueva norma, que por el momento el mercado no exige”, argumenta Vanessa Tirado, gerente Técnico de la compañía Creara. (Foto: Felipe Pinto).

Aún es complicado que las empresas se embarquen en la implementación de una nueva norma, que por el momento el mercado no exige”, argumenta Vanessa Tirado, gerente Técnico de la compañía Creara. (Foto: Felipe Pinto).

Aún en pañales…

A ojos de la industria esta normativa se ha convertido en una poderosa herramienta para mejorar el desempeño energético de las organizaciones. Pero también acusa falencias. Una de éstas es que aún se encuentra en un estado muy incipiente en el país, lo que dificulta que las empresas adquieran el compromiso de incorporarla de manera voluntaria.

Para la especialista de Creara, ha sido gracias al esfuerzo de la AChEE a través de sus instrumentos de cofinanciamiento que la norma ha comenzado a implementarse en las organizaciones. “Sin embargo, aún es complicado que se embarquen en la implementación de una nueva norma, que por el momento el mercado no exige”, argumenta.

Una opinión que también comparte el ejecutivo de la AChEE tras reconocer que el trabajo no ha sido fácil, ya que las empresas han tenido cierta reticencia de incorporar esta normativa a sus operaciones. “No obstante, también hemos visto que desde el 2011 cada vez son más las empresas que ven esta norma como una oportunidad para aplicar los conceptos de mejora de desempeño energético y eficiencia energética en sus operaciones”, señala de Laire.

Por otro lado, Vanessa Tirado, de la empresa Creara, también detecta problemas técnicos en la norma. “Algo de lo que se quejan algunos responsables de eficiencia energética es precisamente, de su falta de detalle en aspectos técnicos, como por ejemplo, indicar el tipo de seguimiento de los consumos que se debe llevar a cabo”, dice.

Con varios desafíos por delante, la nueva norma intenta ajustarse a la realidad de las empresas nacionales. Y con la meta de reducir su consumo energético y optimizar sus procesos, poco a poco la ISO 50001 ha ido despertando el interés de los rubros productivos, los que ya están comenzando a comprender su alcance y a descubrir sus beneficios. Ciertamente el camino es largo, pero ya está dando sus primeros pasos para emprender el vuelo.

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