Revista Nueva Minería

La unión de los sistemas interconectados del Norte Grande y Central ya se acerca a ser una realidad. Y aunque son varios los desafíos que trae consigo, también se proyectan algunos beneficios, según algunos análisis que se han realizado con cifras en mano.

Daniela Tapia
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Cuando los principales sistemas eléctricos del país se unan a través de la línea que los interconectará en 2017, las siglas SIC y SING quedarán en el pasado. ¿La idea? Conformar una sola gran red con más de 20.000 MW de capacidad instalada.

Este nuevo escenario enfrentará múltiples desafíos técnicos y regulatorios, siendo el más complejo de ellos la coordinación mediante un único Centro de Despacho Económico de Carga (CDEC) que integre las funciones que hoy realizan los dos organismos en el norte y la zona centro-sur del país.

Pero son más los beneficios que puede traer consigo la interconexión que sus propios retos. Así, diversos análisis han coincidido en que una iniciativa de esta naturaleza permitirá diversificar las matrices energéticas de ambos sistemas, introducir mayor competencia en generación y reducir costos de operación.

No sólo eso. También permitirá respaldar mutuamente ambos sistemas en caso de catástrofes, dando mayor estabilidad al sistema en su conjunto, e integrar más energía renovable no convencional variable como la solar y eólica en el SING, además de reducir la volatilidad de precios del SIC dada su condición hidrológica predominante.

Asimismo, la interconexión de ambos sistemas posibilitaría reducir o eliminar la diferencia de precios en el costo de la electricidad entre las distintas zonas, lo que sería un beneficio directo para los consumidores.

Y es que se trata de un proyecto de larga data que no había sido posible materializar en el pasado, ya que no generaba los beneficios suficientes para el nivel de inversión requerido. En cambio, en la actualidad la situación es muy diferente.

Beneficios de la integración

En el SIC ha sido complejo desarrollar nuevas centrales termoeléctricas para el suministro económico de la demanda, mientras que en el SING ha existido un desarrollo relevante de centrales y otros proyectos con aprobaciones necesarias para ser construidos.

Este cuadro queda patente en los números. De acuerdo a cálculos del Ejecutivo, la integración de los sistemas haría aumentar el PIB de largo plazo entre US$ 1.559 y US$ 1.718 millones, gracias a los menores precios en contratos de clientes libres y regulados.

En abril del año pasado, en el marco de una ceremonia, se firmó el decreto para la interconexión de los dos principales sistemas eléctricos del país SIC y SING.

También según las estimaciones entregadas por los estudios encargados por la Comisión Nacional de Energía (CNE), esta iniciativa traerá beneficios económicos al país del orden de los US$ 1.100 millones en valor presente, producto de una disminución de los costos del sistema eléctrico y una proyección de reducción de precios asociada a una mayor competencia y disminución de riesgos en el mercado.

Además, se señala que la interconexión impulsará una baja en los precios de los consumidores. En clientes regulados del Norte Grande, la baja sería de US$ 13 MW/h, y en la zona centro-sur de US$ 3 MW/h. En el caso de los clientes libres, se estima una baja de US$ 17 MW/h en el Norte Grande y de US$ 9 MW/h en la zona centro-sur del país.

Así lo ratificó en una oportunidad el seremi de Energía de la Macro Zona Norte, Arturo Molina, quien señaló que los beneficios económicos se traducirían en una mayor conexión para las ciudades.

“San Pedro de Atacama, por ejemplo, tiene un sistema aislado de energía que no se conecta a la red, lo que significa que al conectarse tendrá los mismos beneficios de la gente del sur, centro y norte del país”, sostuvo la autoridad.

Otro de los beneficios importantes de este sistema nacional unido es que permitiría una integración regional más allá de las fronteras nacionales. Ya en el SING se hacen intercambios con Argentina, mientras que las posibilidades con Perú y otros países de la región latinoamericana no son lejanas.

Si hay un caso que destaca es el proyecto de interconexión del itsmo centroamericano que después de más de 30 años de concebido se ha completado por 1.300 kms desde Guatemala hasta Panamá, funcionando mediante el llamado Mercado Eléctrico Regional (MER), que regula la operación y los precios.