Revista Nueva Minería

Por Diego Richard M., director Programa Fuerza Laboral Minera, Innovum Fundación Chile.

Chile requiere contar con un capital humano con las competencias necesarias para avanzar, sobre todo en un entorno como el que encara hoy. Pero ¿estamos haciendo lo necesario? Claramente no.

Desarrollar capital humano que permita aumentar la competitividad sectorial del país, así como la empleabilidad y calidad de vida de los propios trabajadores no es un problema de hacer más o un mayor esfuerzo, sino de cambiar la forma de hacer las cosas.

En Chile tenemos problemas de certeza. No sabemos cuáles son las proyecciones sectoriales de capital humano, cuántos trabajadores se requieren en el futuro. Tampoco hemos logrado comunicar claramente al mercado de la formación los requerimientos cualitativos para realizarla y qué competencias debiese tener un joven al egresar de un proceso formativo. Y menos tenemos sistemas de calidad que den confianza a los futuros empleadores sobre las instituciones de enseñanza y sus egresados.

Este escenario de incertidumbre solo genera una baja confianza entre actores que se traduce en una serie de esfuerzos unitarios desarticulados: instituciones de formación que realizan su mejor trabajo por estimar lo que la industria necesita; familias que invierten en la educación de sus hijos; el Estado que pone recursos en la formación de población vulnerable; empresas que invierten en la formación de sus trabajadores actuales y futuros. Pero ninguna de estas iniciativas se articula, menos se capitaliza, porque no contamos con señales únicas que permitan la integración.

Urge entonces hacer las cosas diferentes, y la experiencia internacional, en forma rotunda, establece que esta diferencia se sustenta en la señales que emite la demanda. En América del Norte, Europa, Oceanía, en África, varios países lo han entendido y han generado sistemas de desarrollo de capital humano basados en la demanda.

Ejemplos de lo que hablo los tenemos en Chile, funcionando, sin la necesidad de realizar cambios legales, solo con un gran compromiso desde la demanda y una excelente recepción desde el mundo formativo y el Estado. Hablo del Consejo de Competencias Mineras y VetaMinera, iniciativas del Consejo Minero, con apoyo de Innovum Fundación Chile, cuyos productos y actividades pueden ser conocidos en sus respectivos sitioweb.

Podemos aprender de estas experiencias, sacar conclusiones, pero también debemos pasar a la acción, es decir, nuevos sectores asumiendo el compromiso de liderar el desarrollo de su capital humano. Esto ocurrirá por estímulo de la política pública o por motivación de los propios sectores involucrados. O quizás, lo más realista, por una mezcla de ambos.

Por Diego Richard M., director Programa Fuerza Laboral Minera, Innovum Fundación Chile