Mauricio Olivares: Generación térmica, condiciones actuales y adaptación a una nueva era

31 julio, 2015
005 - Opinión - Mauricio Olivares_foto_web

Generación térmica superó el 60% en el SIC en 2013

“La revolución que ha significado el desarrollo del shale-gas en Estados Unidos y su impacto en los precios de los commodities en los mercados internacionales, permiten vaticinar que el atractivo de los costos de la generación con combustibles fósiles no será fácilmente opacado en el corto y mediano plazo”.

Por Mauricio Olivares, Profesor e investigador Centro de Energía Universidad de Santiago de Chile

En el presente año, y producto nuevamente de las sequías, la generación de energía en el SIC ha sido 60% térmica, situación que no deja indiferente al sector y que demuestra la alta relevancia que aún posee esta tecnología, a pesar del alto rechazo que genera en términos sociales y ambientales.

Al mes de junio del presente año, hay 1756 MW térmicos en construcción (56% carbón, 33% gas y 11% diésel). De este total, 1364 MW se encuentran en el SING, sumados a los 251 MW de la central CTM-3, que dio el puntapié para el desarrollo de la interconexión SIC-SING, mediante la línea adicional Mejillones-Cardones 500 kV.

Está claro que este tipo de tecnología no dejará de ser relevante para el desarrollo energético del país, que aún requiere de al menos 13.000 MW para abastecer el consumo de un Chile desarrollado.

El desafío, en consecuencia, es grande y complejo para las empresas, que han tenido (y tienen) que lidiar con rechazos sociales y debilidades institucionales que han provocado la paralización y judicialización de sus proyectos, tales como Bocamina, Castilla, Barrancones, entre otros. No se espera que la situación cambie en el corto plazo y por lo tanto, las empresas deberán desde ya modificar la forma de abordar, evaluar y concretar los proyectos.

La competencia para estas centrales, acostumbradas históricamente a coexistir con los ciclos hidráulicos, ha cambiado drásticamente con la incorporación de las ERNC, que han tenido un explosivo desarrollo en los últimos dos años, producto de los atractivos precios del mercado y de los incentivos instaurados por el regulador. No obstante, la experiencia internacional ha mostrado que la seguridad y flexibilidad operacional de las centrales térmicas son necesarias para el abastecimiento de la demanda en una matriz con componente relevante de ERNC.

Por otra parte, la revolución que ha significado el desarrollo del shale-gas en Estados Unidos y su impacto en los precios de los commodities en los mercados internacionales, permiten vaticinar que el atractivo de los costos de la generación con combustibles fósiles no será fácilmente opacado en el corto y mediano plazo.

Esta situación ha sido entendida por el Ministerio de Energía, haciéndola parte de la Agenda Energética, y poniendo como objetivo aumentar la generación de GNL, desplazando diésel a fin de reducir los costos de operación del sistema. También se ha planteado la posibilidad de regular el acceso a los terminales de GNL existentes, aumentar su capacidad y el desarrollo de un tercer terminal en la VIII Región.

 Claramente la autoridad visualiza al GNL como una alternativa de desarrollo por sobre el carbón, diésel y grandes centrales hidráulicas. No obstante, no se debe olvidar la lección aprendida en la época del gas natural argentino, en la cual la dependencia de un solo actor nos llevó a una crisis energética que dejó al mercado con cicatrices, situación que se puede evitar con la respectiva diversificación del riesgo en tecnologías y suministradores de los insumos.

Fuente: NME

 

Noticias Relacionadas