Espejo de Tarapacá: Un sueño que comienza a cobrar forma

1 octubre, 2017
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El farellón costero en el que se emplazará el proyecto Espejo de Tarapacá. (Foto: Valhalla)

Cerrando financiamiento se encuentra el proyecto Espejo de Tarapacá, el primer proyecto en suelo nacional que combina la energía solar con una central hidráulica de bombeo. ¿La idea? Garantizar la entrega de energía las 24 horas del día, los siete días de la semana, a través de fuentes renovables.

Por Daniela Tapia
Revista Nueva Minería y Energía
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Podría ser calificada como una locura. Es que, ¿a quién se le ocurriría construir una central hidroeléctrica de embalse en la zona norte del país, considerando la aridez y la escasez de agua que predomina en la zona?

Lejos de ser un imposible, esta insólita idea está pronto a convertirse en una auténtica realidad.

Derribar precisamente las barreras naturales, climáticas y hasta del sentido común fue el sueño que impulsó a dos jóvenes profesionales chilenos, Juan Andrés Camus, de profesión ingeniero comercial, y Francisco Torrealba, economista, a desarrollar un proyecto hidroeléctrico de bombeo en Caleta San Marcos, al sur de Iquique, en la Región de Tarapacá.

Y es que la innovación de la iniciativa no sólo está en usar el agua como fuente de generación, sino también en usar las características especiales de la geografía de la zona -un farellón costero- para crear un embalse natural donde acumularán agua, la que sacarán del mar.

Con estas ideas en mente, en enero de 2011 ambos profesionales chilenos, entonces estudiantes del MBA de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, comenzaron a imaginar un proyecto de energía para Chile.

Ávidos de poner en práctica sus conocimientos, se propusieron hacer algo en grande. Algo que, aseguran, podría transformar al país en un líder mundial en innovación energética.

Y así nació el proyecto Espejo de Tarapacá de 300 MW, iniciativa cuya inversión se estima en alrededor de US$ 500 millones, que está en proceso de cerrar su financiamiento y que podría entrar en operaciones en 2021.

Por ahora, el proyecto avanza sin problemas (está en los procesos de licitación de los principales contratos), ya que su desarrollador, la empresa chilena Valhalla -creada precisamente por Camus y Torrealba-, obtuvo la aprobación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) en diciembre del año 2015.

El equipo está conformado por profesionales con vasta trayectoria y liderado por el ingeniero Carlos Mathiesen. Mientras que el desarrollo de ingeniería ha sido realizado por las empresas consultoras Poch, Skava y asesorados por especialistas noruegos.

Un concepto innovador

El proyecto considera bombear el agua desde la costa hacia los embalses, ubicados a 600 metros de altura. Y para eso necesitarán energía, la que se obtendrá a partir de un parque solar fotovoltaico que se pretende construir en forma paralela.

Se trata de Cielos de Tarapacá (600 MW), iniciativa que contempla una inversión de US$ 600 millones y que podría comenzar su construcción el 2018. Junto con ayudar a viabilizar el proyecto Espejo de Tarapacá, también tiene contemplado inyectar energía al sistema eléctrico nacional.

Esquema de funcionamiento del proyecto. (Imagen: Valhalla)

La particularidad de esta idea apunta a que el sistema eléctrico nacional podrá ser abastecido con energía limpia, que se generará de manera constante, solucionando uno de los principales inconvenientes de las energías solar y eólica: su intermitencia.

“Espejo de Tarapacá es el primer proyecto chileno que combina la energía solar con una central hidráulica de bombeo, lo que permitirá transformar el parque de generación eléctrico local, mediante la entrega de energía las 24 horas del día, los siete días de la semana, a través de fuentes renovables. ¿El objetivo? Poner a Chile en una posición de vanguardia”, afirman desde Valhalla.

¿Pero cómo funciona Espejo de Tarapacá? Durante el día, cuando existe abundante energía solar, la central bombea agua de mar a la parte superior de un farellón costero utilizando energía solar proveniente del proyecto Cielos de Tarapacá (iniciativa independiente, pero integrada comercialmente a Espejo de Tarapacá), acumulándola en concavidades naturales. Y durante la noche, la central reversa los flujos y la columna de agua baja, produciendo electricidad al pasar por las turbinas, al igual que una central hidráulica tradicional (ver infografía).

Los reservorios naturales son de 375 hectáreas, están aislados del suelo por medio de una membrana impermeable, y “cuentan con una capacidad equivalente al volumen de 22.000 piscinas olímpicas y la superficie de 500 canchas de fútbol”, aseguran en Valhalla.

De esta manera, considerando las condiciones geográficas del país para desarrollar centrales hidráulicas y plantas solares, en la compañía tienen identificados otros lugares de Chile con alto potencial para desarrollar el mismo concepto que en Tarapacá.

“Dadas las condiciones de radiación y geográficas, estamos seguros que tanto la energía solar como el almacenamiento hidráulico se convertirán en actores importantes en la matriz de generación eléctrica del país. También este tipo de proyectos pueden ser replicados en otros países con características similares a las de Chile como lo son Perú, México y el Sudeste Asiático”, comentan en la firma chilena.

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