El lento despegue minero de Atacama

15 abril, 2019
Región Atacama (Fabián Rivas)

(Ilustración: Fabián Rivas)

Fue una de las caras visibles del boom minero que acompañó al superciclo del cobre, a inicios de esta década. Sin embargo, el bajo ciclo golpeó con fuerza a la región, postergando proyectos y paralizando inversiones. Hoy, Atacama apuesta por la recuperación nuevamente de la mano de su principal activo: la minería.

Por Joaquín Ruiz

Revista Nueva Minería y Energía

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Si bien no es la zona minera más importante del país, Atacama ha vivido como pocas regiones el cíclico vaivén de la industria en los últimos años. A comienzos de esta década se benefició con la bonanza que entregó el superciclo del cobre, con altos niveles de crecimiento, desarrollo y empleo. Pero sólo unos años más tarde, sufrió el frenazo del bajo ciclo, con paralización de proyectos y postergación de inversiones que impactó significativamente a nivel regional.

Hoy, sin embargo, la crisis ya parece quedar atrás. Pese a que la región aún está lejos de recuperar los índices de crecimiento que registró durante el boom minero, Atacama ha vuelto a resurgir –otra vez- de la mano de la industria cuprífera.

La lenta pero sostenida reactivación de algunos proyectos mineros en el último tiempo ha mejorado el panorama de la región, lo que alimenta el optimismo de sus habitantes.

En este sentido, son especialmente significativas –según destacan sus autoridades- las 32 iniciativas de explotación y exploración que promovió el gobierno durante la reciente Convención del PDAC en Toronto, 11 de las cuales se encuentran en Atacama. “Son sin duda el futuro de la región en materia minera”, destacó en su momento el seremi de Minería de la Región de Atacama, Felipe Carrasco.

Se trata de dos proyectos de explotación de hierro (Don Eduardo) y titanio (Cerro Blanco), y nueve de exploración de diversos minerales, entre los cuales destacan tres de litio (Laguna Brava, Cuenca Francisco, Laguna Escondida), y uno de cobalto (Atacama Cobalto). A ellos se suman otras iniciativas polimetálicos que también se planea explorar en Atacama (Filipina, El Morado, Fénix Gold, Universo X, y Mostazal).

Reimpulso de mega proyectos

Uno de los principales factores que incidió en la recesión que vivió Atacama en los últimos años fue la paralización, ralentización, o incluso suspensión de algunos de los proyectos de inversión más importantes que se desarrollarían en la región.

Hoy el panorama es diferente. Varias de esos proyectos ya han sido reactivados por las propias empresas, dado el mejor escenario que vive el mercado del cobre, y otros pretenden ser reimpulsados por el gobierno a través de su Oficina de Gestión de Proyectos Sustentables (GPS), que depende del Ministerio de Economía.

De acuerdo a lo que informa la oficina GPS, las inversiones previstas para Atacama suman un total de US$ 10.984 millones (ver recuadro), donde destaca claramente los proyectos mineros (US$ 7.921 millones).

De todas esas inversiones, una de las más relevantes a nivel regional es NuevaUnión, un proyecto de cobre y oro impulsado por las empresas Teck y Goldcorp en la provincia de Huasco, y que podría demandar unos US$ 7.200 millones de inversión (ver crónica aparte en página xx).

En el listado regional de inversiones también destaca Santo Domingo (US$ 1.516 millones); Salares Norte (US$ 1.300 millones), Rajo Inca (US$ 1.140 millones) y el proyecto de desarrollo de Mantoverde (US$ 848 millones).

Producción al alza

Esta millonaria cartera de proyectos promete seguir empujando al alza la producción de cobre y de otros minerales atribuibles a esta región, confirmando la tendencia creciente que ha mostrado Atacama en los últimos años (ver recuadro).

Según el último dato oficial disponible de Cochilco, la región produjo un total de 561.800 toneladas métricas de cobre durante 2017, de las cuales 451.100 toneladas corresponden a concentrados de cobre y el resto (110.700 toneladas) a cátodos SX-EW.

Pero no sólo cobre se extrae desde Atacama. También se producen molibdeno (1.736 toneladas), oro (8.764 kilos), plata (135.122 kilos) y hierro (8.507 toneladas), además de otros minerales no metálicos como carbonato de calcio, recursos silíceos (cuarzo) y rocas de ornamentación (mármol). Una diversidad que confirma el carácter netamente minero que tiene y que seguirá teniendo la Región de Atacama en las próximas décadas.

Y así también lo entendieron desde la organización del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec), que fijó precisamente en Copiapó el encuentro que en agosto próximo reunirá a ministros y representantes gubernamentales de las 21 economías que integran el pacto, para debatir sobre minería.

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