Guerra Comercial: ¿Qué pasa con el cobre?

16 enero, 2019
Guerra Comercial - Ilustración Fabián Rivas

(Ilustración: Fabián Rivas)

Fue uno de los acontecimientos económicos más importantes de 2018. La denominada Guerra Comercial entre China y Estados Unidos abre interrogantes a corto y largo plazo para un país como Chile, caracterizado por su apertura comercial y su economía basada en la exportación de materias primas, especialmente de cobre.

Por Camila Morales

Revista Nueva Minería y Energía

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Guerra Comercial. Ese fue el término que se le otorgó a la tensión entre las dos economías más poderosas del planeta: China y Estados Unidos. Luego de que el presidente Donald Trump diera un giro marcado hacia el proteccionismo en su política comercial, se dio inicio a un conflicto económico que ha repercutido a nivel mundial.

Es en ese momento cuando comienza una etapa marcada por las sobretasas. En marzo de 2018 Estados Unidos implementó aranceles del 25% a las importaciones de acero y del 10% a las de aluminio provenientes de todos los orígenes. Sumado a ello, en junio dio a conocer un listado de 1.333 productos industriales chinos a los que se les impondría una sobretasa arancelaria del 25%.

Bajo el argumento de que el país asiático efectuó supuestas prácticas desleales de comercio, el polémico mandatario de Estados Unidos hizo remecer las bolsas de comercio internacional.

Como era de suponer, China reaccionó a la medida anunciando la aplicación de sobretasas entre el 10% y el 25% a US$50.000 millones de importaciones que provenían del país al mando de Donald Trump.

Para Jeannette Sánchez, directora de la División de Recursos Naturales e Infraestructura de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), “si se considera que el PIB de China y Estados Unidos en conjunto alcanzan un 39% del PIB mundial, la probabilidad de que se generen externalidades desestabilizadoras del crecimiento económico mundial siempre está latente”.

Asimismo, la experta advierte que debido a que varios productos asociados a las medidas arancelarias implementadas por ambos países están relacionados con commodities, “se podrían causar distorsiones en los fundamentos de la oferta y la demanda de estos productos básicos”.

Tomando en cuenta esta arista, ¿de qué manera Chile y su principal producto exportado, el cobre, se ven afectados por el actual contexto económico? Expertos y representantes del sector dan a conocer sus impresiones respecto a este nuevo escenario.

El momento de las evaluaciones

No cabe duda que una escalada proteccionista entre las dos principales economías mundiales trae riesgos para la economía mundial, situación a la que Chile no está ajena. De hecho, en 2018 el precio del cobre tuvo bajas considerables, tras un 2017 caracterizado por una mayor estabilidad, lo que es atribuible como uno de los efectos de la Guerra Comercial.

Tal como lo explica Diego Hernández, presidente de la Sonami, en los dos primeros trimestres de 2018, el metal rojo alcanzó una cotización promedio de US$3,14 por libra, en tanto que en el trimestre julio-septiembre llegó a US$2,77, lo que representa una caída de 12%. En tanto, en los meses de octubre y noviembre el precio se situó en niveles similares, registrando un valor de US$2,81 por libra.

“Esta materia es muy relevante para nuestro país, pues por cada centavo de dólar promedio anual que cae la cotización del cobre, Chile deja de percibir US$125 millones por exportaciones y el fisco US$60 millones por concepto de excedentes de Codelco y tributación de la minería privada”, agrega el representante de la entidad gremial.

En tanto, Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de Plusmining, señala que “en lo que respecta al cobre (entre otros commodities), la demanda China se ha visto mermada en los últimos meses”. No obstante, advierte que “esto se relaciona más con las expectativas en el país más que con el conflicto comercial directamente. Adicionalmente, los fundamentos favorecen en el largo plazo al metal rojo, gracias a la electromovilidad y a las energías renovables, por el lado de la demanda”.

Respecto al fenómeno de la Guerra Comercial en sí, Guajardo indica que “la tensión entre estas dos potencias no es un hecho aislado, sino que obedece a lo que podría ser un cambio en el paradigma de las relaciones económicas internacionales, en el que los libres flujos de capital, comercio y personas quedarían relegados en favor de los intereses propios de cada nación”.

Para Jeannette Sánchez, si producto de las tensiones comerciales en 2019 se agudiza la desaceleración ya en curso de la economía china, “ello implicaría una menor demanda de insumos importados para la inversión, entre los cuales se destaca el cobre. Esto inevitablemente tendría repercusiones para Chile, ya que en 2017 China absorbió el 42% de sus exportaciones de cobre al mundo (Estados Unidos absorbió solo el 9%)”.

¿Qué hacer?

Frente a este escenario mundial con consecuencias en la principal exportación del país, surge la interrogante sobre qué medidas implementar a nivel público y/o privado para aminorar las repercusiones de la Guerra Comercial. En relación a esta pregunta, los entrevistados coinciden que poco se puede hacer ante este fenómeno externo.

Para el representante de Plusmining, a nivel de la industria “es poco lo que se puede influir de manera directa frente a un conflicto de la magnitud del que estamos viviendo. Sin embargo, debería existir un ambiente de cautela ante la volatilidad que la Guerra Comercial ha generado”. En su opinión, los esfuerzos deben apuntar a cambios que mejoren las condiciones para desarrollar el negocio minero e impulsar medidas que permitan incrementar la competitividad.

En el marco de la Cumbre del G-20, realizado en Buenos Aires, los presidentes de Estados Unidos y China acordaron una tregua por noventa días a partir del 1 de enero de 2019 para negociar.

Una opinión similar es la de Diego Hernández, quien señala que una de las características del mercado del cobre es precisamente que las compañías mineras se enfrentan a un precio dado y no pueden influir en él. Por esta razón, asegura que “el control de costos y la optimización de los procesos productivos y de gestión, son hoy una labor permanente y prioritaria”. Para el representante de la Sonami, “es precisamente en esta materia donde las compañías pueden actuar a fin de mitigar los impactos de la Guerra Comercial”.

En tanto, la experta de la Cepal precisa que “Chile tiene poca influencia en los cambios del mercado mundial”. Y en caso de que la situación empeore, además de la gestión de los costos y los niveles de producción e inversión, el país “cuenta con mecanismos para enfrentar las caídas en los precios del cobre como el Fondo de Estabilización Económica y Social, o las acciones que realiza la Enami para los pequeños y medianos productores”.

Considerando otras medidas que ayuden a aminorar los efectos de la tensión comercial entre China y Estados Unidos, Jeannette Sánchez agrega que este escenario “demanda una mayor integración regional en América Latina y el Caribe; elemento indispensable para avanzar en la diversificación exportadora”.

Proyecciones para el 2019

Se inicia un nuevo año y con ello surgen interrogantes relacionadas a la trascendencia del tema. ¿Cuáles son las proyecciones de la Guerra Comercial?, ¿Chile se encuentra preparado para afrontar un escenario aún más complejo? Son parte de las interrogantes que asoman a solo día de iniciar el 2019.

Respecto a la integración de la región en América Latina y el Caribe, la directora de la División de Recursos Naturales e Infraestructura de la Cepal afirma que la urgencia de intensificar los esfuerzos dirigidos a esa integración, “es incluso mayor dado el contexto de ralentización del crecimiento, salida neta de capitales y creciente proteccionismo al que se enfrenta la región, que probablemente se agudice en 2019”.

Una opinión desde un análisis geopolítico es el que hace Juan Carlos Guajardo, al señalar que “es importante mantener visible la idea de que más que una Guerra Comercial, este es un conflicto conocido en la historia humana en el que una potencia dominante se ve desafiada por una potencia emergente”.

En este sentido, el representante de Plusmining afirma que “el control geopolítico y el aseguramiento de los recursos naturales será un eje central en las políticas de las grandes economías, ante lo cual nuestro país deberá estar preparado”. Guajardo explica que Chile es uno de las naciones más abiertas comercialmente, con China y Estados Unidos como sus principales socios. “Frente a esto, una estrategia más bien de carácter neutral permitiría al país continuar beneficiándose de los intercambios con otras naciones”, agrega.

Respecto a la apertura comercial del país y sus consecuencias con el desarrollo de la Guerra Comercial, Diego Hernández precisa que “las mejores herramientas que puede ofrecer Chile para mitigar los impactos, son precisamente sólidas cuentas macroeconómicas, una deuda publica acotada y un Banco Central autónomo. En definitiva, un manejo prudente y responsable de su economía”.

Respecto a si se logra un acuerdo entre China y Estados Unidos -luego de que en el marco de la Cumbre del G-20, realizado en Buenos Aires, ambos países fijaran una tregua por noventa días a partir del 1 de enero de 2019 para negociar- el presidente de la Sonami sostiene que “si se allanan las posiciones y se alcanza un alto grado de entendimiento, lo más probable es que veamos precios al alza al despejarse la incertidumbre respecto del desempeño de la economía mundial”.

No obstante, pese a que se diera ese escenario hipotético, para Jeannette Sánchez de igual forma “es necesario enfrentar la coyuntura con una perspectiva de largo plazo y estructural”. ¿De qué manera? La representante de la Cepal indica que para reducir la dependencia de las exportaciones de materias primas y su vulnerabilidad a la volatilidad de los precios internacionales, es necesario promover “la diversificación productiva, el fortalecimiento de las cadenas de valor y los encadenamientos productivos entre los sectores económicos”.

Una tarea pendiente para un país como Chile, que “si bien es uno de los principales productores de cobre a nivel mundial y tiene grandes reservas, se encuentra rezagado en términos de aumentar el grado de elaboración de sus exportaciones”, recalca la directora de la División de Recursos Naturales e Infraestructura de la Cepal.

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