Educación para el siglo XXI: Empezando a recoger el guante

5 febrero, 2017
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(Imagen: Nirmall Enterprise)

(Imagen: Nirmall Enterprise)

(Imagen: Nirmall Enterprise)

El diagnóstico es conocido: la industria del siglo XXI necesita personas capaces de liderar proyectos, con iniciativa, responsables y, sobre todo, que se adapten a los cambios. Hasta hace poco la discusión se centraba en que nadie se agachaba a “recoger el guante”; pero la industria, las universidades y los colegios ya se están organizando, llevando a cabo acciones que poco a poco le cambian la cara a la educación.

Revista Nueva Minería y Energía

Nicolás Rojas
Desde Antofagasta
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El Consorcio de habilidades para el Siglo XXI (www.p21.org), una entidad que agrupa a emprendedores, políticos y profesores de Estados Unidos, definió una serie de habilidades necesarias para enfrentar los nuevos tiempos. Entre ellas, mencionaron las competencias para el aprendizaje y la innovación, como la creatividad, pensamiento crítico, y la comunicación.

Pero no sólo eso. También destacaron las tecnologías de la información, esto es, aprender a usar correctamente las tecnologías; y lo que definieron como habilidades para la vida, es decir, flexibilidad, adaptación a los cambios, iniciativa, liderazgo y responsabilidad, entre otras. Todo esto acompañado de los conocimientos tradicionales, como las matemáticas, idiomas, ciencias, educación cívica, además de lo que desde hace muchas décadas se viene trabajando en colegios y universidades.

De acuerdo al Consorcio, la enseñanza de estos conocimientos y habilidades deberían tener como resultado ciudadanos competentes para nuestros tiempos, una época que se caracteriza por cambios rápidos. Tan veloces, que se cree que el mundo estaría actualmente duplicando el conocimiento disponible cada cinco años, mientras que para 2020 ese tiempo podría acotarse a sólo 73 días.

Lo anterior genera otro vaticinio: en 2022 el 50% de los nuevos puestos de trabajo será en industrias que hoy no existen. En resumen, estamos en una época de cambios, de incertezas y de urgencia. Es fundamental que nuestra educación, tanto universidades como colegios, dejen las viejas prácticas y preparen a los estudiantes para lo que estamos viviendo: la incertidumbre y el cambio.

Para la directora del Centro de Emprendimiento y de la Pyme (Cemp) de la Universidad Católica del Norte, Gianni Romani, en este contexto es fundamental fomentar la actitud emprendedora. En otras palabras, orientación al logro, riesgo, disciplina, iniciativa y metas.

“Todo esto se puede incorporar no sólo en la creación de una empresa, sino en tu estilo de vida. Una forma de lograrlo es a través de cursos específicos, pero es importante que todos los profesores, independiente de su ramo, desarrollen algunas de esas competencias que hacen parte de ese gran bloque que forma la actitud emprendedora”, afirma Romani.

Lo que se está haciendo

El Global Entrepreneurship Monitor (GEM), un estudio que desde 1999 mide diversos factores del contexto emprendedor y que se realiza todos los años en unos 60 países, nos entrega una aproximación sobre cómo estamos haciendo las cosas. Y acá es donde se enciende una luz de alerta que encandila a varios: si bien en algunos de los ítems que se miden Chile se encuentra en una muy buena posición (infraestructura, por ejemplo), la educación, sistemáticamente, aparece como uno de los temas pendientes.

De acuerdo al estudio -liderado a nivel mundial por el Babson College, la Universidad del Desarrollo (UDD) y la Universidad de Unirazak (Malasia)-, los problemas de educación en Chile se enfocan principalmente en la educación primaria y secundaria. De acuerdo a los expertos encuestados, no se estimula la creatividad, la iniciativa personal y el espíritu empresarial.

Estamos en una época de cambios, de incertezas y de urgencia. Es fundamental que nuestra educación, tanto universidades como colegios, dejen las viejas prácticas y preparen a los estudiantes para lo que estamos viviendo: la incertidumbre y el cambio. (Imagen - Tony Robbins)

Estamos en una época de cambios, de incertezas y de urgencia. Es fundamental que nuestra educación, tanto universidades como colegios, dejen las viejas prácticas y preparen a los estudiantes para lo que estamos viviendo: la incertidumbre y el cambio. (Imagen – Tony Robbins)

Pero, afortunadamente, no todas son malas noticias. Así como el país desde hace más de una década que está preocupado de medir el contexto emprendedor (son unas diez universidades las que trabajan año a año en el GEM), también desde hace un tiempo que universidades, colegios y empresas están haciendo esfuerzos para formar estudiantes que se desenvuelvan con éxito en nuestros tiempos.

Una iniciativa que destaca a nivel nacional es el Programa de Vinculación Universidad Empresa (Pvue), institución que agrupa la academia con los círculos empresariales. Su directora Ejecutiva, María Teresa Bustos, destaca que se trata de un programa que nació desde la Corporación de Desarrollo Productivo de Antofagasta en conjunto con la Universidad de Antofagasta y que luego se fue extendiendo.

“Nos dimos cuenta de que un tema relevante es la vinculación de la industria con la universidad, para que la academia y el conocimiento teórico aporte a soluciones que se necesitan en la empresa. Antofagasta tiene una bajísima diversificación productiva, por lo tanto lo que hemos hecho es llevar las competencias de los estudiantes y la universidad a la industria”, explica Bustos.

Uno de los ejes de trabajo del Pvue es que, por ejemplo, las tesis de grado se hagan en las pymes y les sirvan para profesionalizarse, ayudándolas a ser más estratégicas.

En el ámbito de la educación escolar, Chile también tiene iniciativas que resaltan a nivel internacional. El colegio Cardenal de Cracovia, recientemente destacado entre los más innovadores a nivel mundial en el libro “Viaje a las escuelas del siglo XXI” (es el único establecimiento nacional presente en la publicación), trabaja precisamente con los niños problema, esos que nadie quiere en sus salas de clases y que el sistema escolar deja, literalmente, “a la cola”.

Desde la comuna de Pedro Aguirre Cerda, en Santiago, su director y sostenedor, Juan Carlos Navarrete, no oculta su pasión y entusiasmo en esta exitosa experiencia que es fruto de un equipo profesional “que trabaja desde el amor”, según recalca.

Entre las iniciativas más interesantes destaca una pedagogía basada en proyectos con lo que se trabaja la autonomía, disciplina, y orientación al logro, entre otras de las competencias importantes, además de un “Gobierno Escolar”.

“Lo primero que hicimos fue indagar sobre las personas con que trabajábamos (porque teníamos) una total ignorancia del medio circundante que nos albergaba. Sin pensarlo dos veces, iniciamos una investigación tendiente a reconocer los sueños, anhelos y la idiosincrasia de nuestra gente”, relata Navarrete.

A partir de ahí, y bajo la premisa de que “nadie sabe todo, todos saben algo y entre todos saben mucho” comenzó esta aventura que tiene como foco desarrollar el pensamiento crítico y reflexivo.

“Nos dimos cuenta de que tanto profesores, apoderados y estudiantes soñábamos con el mismo tipo de escuela, una escuela ágil, alegre, justa y solidaria. Entonces empezamos a sorprendernos de la enorme cantidad de liderazgos anónimos que albergábamos en nuestras aulas”, agrega el director del colegio.

Profesores organizados

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Minka, un proyecto que nació desde la Universidad Católica y que agrupa a otros establecimientos, apunta a profundizar las buenas prácticas en la enseñanza con foco en la innovación social. En la foto, el director Ejecutivo del proyecto, Waldo Soto, junto a otros participantes. (Foto: Archivo personal Waldo Soto)

Si bien las experiencias puntuales tienden a ser excepciones del panorama global, para los expertos es importante ir viendo estos ejemplos para impulsar el cambio que el mundo actual está demandando.

Los profesores universitarios, por su lado, también están actuando, formando redes de apoyo e intercambio de conocimientos y experiencias. Destacan acá redes como EmprendeSur, que agrupa a varias universidades de América y Minka, un proyecto que nació desde la Universidad Católica (PUC), Ashoka, la UDD y la Universidad de Chile para profundizar en la enseñanza y las buenas prácticas con foco en la innovación social, además de crear comunidades de aprendizaje por región.

Waldo Soto, profesor de la PUC y director Ejecutivo del proyecto, rescata el interés de los profesores universitarios, pues en varias regiones se están desarrollando proyectos interesantes. Para Soto, es muy importante “incorporar diversas disciplinas y fomentar la transdisciplina, es decir, la gente que no solo trabaja junta, sino que es capaz de crear en conjunto”.

En este sentido, Gianni Romani, de la UCN, quien también tiene un amplio conocimiento sobre lo que se está haciendo en Chile y el mundo en estos temas, piensa que efectivamente este tipo de materias se están incorporando. Y en la medida que se haga más extensivo, tendremos resultados más interesantes, asegura.

“Va a demorar, porque es un cambio generacional y un cambio que los académicos debemos enfrentar también, pero creo que se debería llegar a resultados interesantes”, dice Romani.

En ese contexto, este año la UCN liderará a nivel nacional el estudio “Guesss” (Global University Entrepreneurial Spirit Students’ Survey) para evaluar cómo se está haciendo el trabajo en estas temáticas.

“Es muy importante porque nos va a permitir medir cómo las universidades vamos aumentando -o eventualmente disminuyendo- la intención emprendedora de nuestros estudiantes. Este estudio nos va a llevar a determinar qué necesitamos para mejorar, porque esto se hará todos los años. Entonces vamos a ver cómo mejoramos y, si no mejoramos, cuestionarnos qué está pasando”, explica Romani, también directora de este proyecto a nivel nacional, que tendrá la participación de 23 universidades.

Y aunque el consenso es que aún nos queda mucho camino por recorrer, también hay coincidencia en que se están llevando a cabo importantes iniciativas que, finalmente, formen estudiantes competentes para lo que demanda la industria del siglo XXI. El guante ya está siendo recogido.

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