Actores del rubro de los combustibles proyectan próxima crisis energética

22 mayo, 2018
petroleo

Donde más podría golpear fuerte el desabastecimiento es en la ciudad de Santiago, debido en parte al aumento del parque automotor junto con la puesta en marcha de grandes proyectos de infraestructura en los próximos años, como es el caso del nuevo aeropuerto de la capital.

En la industria comentan que son dos los factores que están incidiendo en el mayor estrés que enfrenta la cadena de abastecimiento de combustible: el crecimiento sostenido del parque automotor, con la venta de vehículos a un ritmo que este año amenaza con romper récords y los efectos del cambio climático que se reflejan en la proliferación de episodios de marejadas, fenómeno cada vez más común y que obliga a cerrar los puertos, dilatando la entrada de los combustibles.

Para superar esta situación, las petroleras están activas impulsando proyectos para mejorar toda la cadena, es decir, buscan ampliar los terminales marítimos existentes o instalar nuevos, mientras tratan de expandir los estanques. En paralelo, buscan atacar uno de los puntos donde la crisis ya es evidente: el aeropuerto de Santiago.

Combustibles

Prácticamente la totalidad de los combustibles líquidos, ya sea el crudo para procesar, como las importaciones de producto refinado, llegan al país por mar, en una dinámica que por las condiciones climáticas es cada vez más desafiante.

“Cuando hay dos días de marejadas hay que hacer magia para mantener el abastecimiento de combustibles en la Región Metropolitana y otras ciudades”. Con estas palabras, el gerente general de la Empresa Nacional del Petróleo (Enap), Marcelo Tokman, planteaba ya a mediados del año pasado la necesidad de incrementar la autonomía y seguridad del suministro de combustibles en distintos puntos del país.

En general, las zonas más ajustadas en materia de suministro son aquellas que se abastecen por vía marítima, donde existe una alta rotación de inventarios, y la continuidad del suministro se ve afectada por fenómenos como las marejadas, que obligan al cierre de los puertos.

En la zona central, entre las regiones de Valparaíso y Biobío, hay una mayor holgura, dadas las capacidades de almacenamiento, refinación y oleoductos, que permiten un flujo más continuo hacia los centros de distribución y consumo, aunque persiste la brecha respecto de los inventarios estratégicos visualizados para el país por la Agencia Internacional de Energía.

En lo que a terminales de carga y descarga se refiere, el año pasado, por ejemplo, Enex, la distribuidora controlada por el grupo Luksic compró su primer recinto. La inversión de US$ 24 millones posicionó a la operadora de la marca Shell en la zona de Ventanas, Región de Valparaíso, sector donde la petrolera estatal y Copec ya tienen posiciones.

En ese sentido, Esmax, que es controlada por el fondo Southern Cross y representa a la marca Petrobras, está haciendo lo propio. Su gerente general, Juan Juanet, explica que dentro del plan de inversiones por US$ 100 millones que desplegarán en los próximos tres años, tienen contemplada la construcción de un puerto en esta región.

“Estamos buscando ubicaciones en la zona petrolera. Buscamos oportunidades de eficiencia en nuestras importaciones de combustibles, equivalentes al 20% de nuestra demanda, ya sea a través de un terminal propio o de otro tipo. Es muy importante en el transporte de combustible tener una parcela para un tamaño de barco eficiente, que pueda parar en un solo puerto, porque la diferencia de costo por litro por parada es muy importante”, aseguró el ejecutivo.

Las zonas sur y norte no escapan a esta necesidad de refuerzo. Juanet añade que parte de sus inversiones de destinarán también a expandir los puertos de Mejillones y Pureo, éste último en la zona de Calbuco. “Hemos visto alternativas en Los Lagos. Estamos en Pureo que hoy está a plena capacidad y por distintos factores tiene un régimen de cooperación inestable, por eso ampliarlo es un tema”, dice.

El caso de Santiago

Siendo el principal centro de consumo, Santiago, presenta una autonomía insuficiente, considerando que la actual capacidad llega a través del oleoducto Concón–Maipú.

Copec, por ejemplo, en sus estanques de Maipú (los que comparte con Enex), guarda un volumen que le permite cubrir el consumo de 3,4 días, mientras que si a esto se suman los recintos de Petrobras y Enap en esta misma comuna, la capacidad se eleva a poco más de cinco días. Por eso la firma del grupo Angelini está impulsando un proyecto de casi US$ 8 millones para duplicar la capacidad de este recinto, para evitar a futuro que el pánico de los compradores o su avidez por renovar sus vehículos pudieran volver a sacarlos al pizarrón.

Fuente: Diario Financiero

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