¿Desafíos de la minería? o ¿Desafíos de las personas?

15 abril, 2013
Christian Andrews
Columna de opinión de ex gerente del Consejo Minero

Christian Andrews, ex Gerente de Estudios del Consejo Minero y actual consultor asociado en Equation Partners

Si bien el entorno minero ha dado pasos importantes y concretos, aún no ha logrado permear a la sociedad para validar su accionar y conseguir la bien llamada licencia para operar y prosperar

Hemos sido testigos de un hecho pocas veces visto en nuestro país: el incremento sin precedentes del precio del cobre, en un ciclo de altas cotizaciones que aún no cesa y se prevé continuará por los próximos años.

Sin duda, ha sido un gran beneficio para la Nación en su conjunto, ya sea por los ingresos extraordinarios que ha tenido el Estado vía tributos, la rentabilidad de las empresas mineras, el incremento en los salarios de sus trabajadores, el desarrollo de proveedores y los encadenamientos productivos que genera la minería, que impulsan a otros actores económicos. Pero, del mismo modo, se elevan voces que no comparten esta apreciación.

Ambientalistas, políticos de amplio espectro, organizaciones sociales y líderes de opinión, han señalado lo que consideran verdaderos males ante este apogeo minero. La explotación de un recurso no renovable, la falta de cuidado del medio ambiente, el poco alcance de los beneficios de este auge al resto de la población, entre otros.

Para nadie resultan desconocidos los desafíos que la minería debe enfrentar. Costos, fuentes de energía, recursos hídricos, falta de trabajadores y medio ambiente son las materias preocupantes. Si bien el entorno minero ha dado pasos importantes y concretos en este sentido, aún no ha logrado permear a la sociedad para validar su accionar y conseguir la bien llamada licencia para operar y prosperar.

No ha sido fácil para el sector minero. Los ambientalistas de diversas tendencias han sido rigurosos en extremo, cayendo muchas veces en la intransigencia que resulta de tener una conciencia a veces mucho más foránea, que basada en las verdaderas necesidades del país. Del mismo modo, la minería también ha pecado por carecer de una visión de más largo plazo, fallando en oportunidades en los compromisos asumidos por algunos de sus pares, generando con ello un deterioro de la imagen sectorial.

Legislación más dura, posiciones antagónicas, la mayoría de las veces cercanas al dogmatismo y la intransigencia, han polarizado silenciosamente a los actores, lo que no ha permitido avances y que ya da cuenta del retraso y cancelación de proyectos, los que en un ambiente de más cooperación y menos vehemencia cortoplacista pudieron haber prosperado.

Es de esperar entonces que los involucrados, gobierno, mineros, ambientalistas y organizaciones sociales y comunitarias, actúen con real discernimiento de lo que sí es necesario para Chile.

El disentir es legítimo: la discusión siempre puede canalizarse hacia los acuerdos, si se mira más allá de la ganancia particular de hoy.

Comprometamos esfuerzos en hacer converger posiciones que permitan a Chile desarrollarse como lo necesitan nuestros compatriotas. No esperemos a que caiga la demanda proveniente de Asia, o bien a que el grafeno termine con nuestras esperanzas.

Por Christian Andrews, ex Gerente de Estudios del Consejo Minero y actual consultor asociado en Equation Partners.

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