Demanda eléctrica residencial cierra plana en 2016 por recambio de ampolletas

6 marzo, 2017
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Luminarias eficientes explicarían al menos 50% del ahorro.

La prohibición de vender ampolletas incandescentes en el país decretada en diciembre de 2015 tuvo efectos globales en el sistema eléctrico. Aunque la medida parecía menor, el reemplazo de la luminaria explicó en gran parte el crecimiento cercano a cero que registró el mercado residencial en 2016.

Según datos de la Comisión Nacional de Energía (CNE), la demanda total de clientes regulados fue de 33.851 GWh el año pasado, representando un crecimiento de solo 1,9% respecto a 2015. Cifra que es casi nula, explican expertos, porque en promedio el consumo en los hogares crece entre uno y un punto y medio por sobre el PIB.

De esta manera, considerando que al cierre de diciembre se calculaba que el crecimiento de la economía nacional era de 1,5% para 2016, la demanda residencial “real” subió apenas 0,4%.

“Históricamente, la demanda por energía eléctrica de clientes regulados se ha comportado acoplada al crecimiento económico, estando entre uno y un punto y medio por sobre el crecimiento real de la economía”, reafirma Rodrigo Castillo, director ejecutivo de Empresas Eléctricas, gremio que agrupa a distribuidoras y transmisoras.

Añade que “durante 2016 el aumento de la demanda para los clientes regulados fue tendiente a cero (…) y el factor quizás más importante y que explique del orden del 50% del fenómeno está relacionado con el reemplazo de artefactos, especialmente ampolletas”.

Apunta, eso sí, a que es un análisis preliminar y pueden existir razones adicionales que complementen el efecto de las ampolletas eficientes en el crecimiento plano de la demanda de los regulados.

“Todo indica que una buena parte se debe a este reemplazo de luminarias eficientes, lo que es una buena noticia, porque significa que se han hecho logros en materia de eficiencia energética, con un costo para el país bastante menor que en el incurrido en otros”, subraya.

El director de la consultora Valgesta, Ramón Galaz, coincide con este análisis. “El crecimiento de la demanda residencial fue prácticamente nulo y, al preguntarse qué lo explica, en parte se relaciona con medidas de eficiencia energética que se van implementando en el tiempo. Claramente la prohibición de vender ampolletas incandescentes tuvo un impacto relevante”, opina.

Añade que, teniendo como base la experiencia internacional, la implementación de medidas de eficiencia energética masivas -como es el recambio de las ampolletas- tienen un efecto notorio, “aunque en el tiempo se va atenuando porque el ahorro ya se obtuvo”.

La gerenta general de la consultora Energética, María Isabel González, opina que existe una incidencia importante del cambio de luminarias y de todos los equipos eficientes que hoy existen en el mercado como refrigeradores, lavadoras o televisores. “Esto, producto, en alguna medida, de las políticas públicas relativas a eficiencia energética, como el etiquetado de productos, planes energéticos comunales y otros”.

El futuro

Para 2017 los expertos pronostican que se retome la tendencia de aumento del consumo residencial de poco más de un punto porcentual por sobre el PIB, dado que ya se hace más difícil tomar medidas de eficiencia tan masivas y de alto impacto como la renovación de la luminaria en las casas.

“Que durante 2016 se haya observado este fenómeno no significa que se vaya a repetir en el futuro, porque la tasa de comparación será muy distinta a la de 2015, cuando todavía estaban presentes las ampolletas incandescentes”, sostiene Castillo.

Aunque aclara que, pese a que pueda retomar las tasas de crecimiento, “no significa que el efecto se pierda, sino que la tasa de comparación es distinta”.

Países desarrollados

González, también ex secretaria ejecutiva de la CNE, comenta que en los países desarrollados el consumo eléctrico residencial se estabiliza. “Mientras más crecen los países y por tanto sus habitantes alcanzan mayores ingresos, ya están en un nivel de confort en que tienen una amplia gama de artefactos eléctricos y el consumo de energía comienza a estabilizarse. Esto se da notoriamente en los países desarrollados”, sostiene.

Sin embargo, apunta que en Chile aún queda por masificar el consumo de electricidad domiciliaria a usos más intensivos como la climatización eléctrica o el uso de autos eléctricos, “lo que debiera darse cuando los costos de energía lo permitan y existan tarifas diferenciadas por horarios, entre otros mecanismos”.

Fuente: El Mercurio

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