Revista Nueva Minería

Si hablamos de competitividad en el sector minero, no sólo se necesitan soluciones innovadoras, sino mejorar la productividad y los estándares de todos los participantes de la cadena productiva

Desde hace un tiempo, producto de las bajas en el precio del cobre, se han instalado una serie de preocupaciones en la industria minera nacional. Entre ellas, podemos observar la necesidad de reducir los costos y aumentar la productividad de las operaciones, las modificaciones en el plazo de algunos proyectos de inversión, la generación de suministro energético, entre otras. Independiente de los diagnósticos que se puedan esbozar al respecto, lo cierto es que el desafío por mantener la competitividad de la industria ha llegado para quedarse.

Una de las claves para abordar este desafío es la incorporación de nuevas tecnologías a la cadena productiva minera. Una oportunidad de solución son los desarrollos “made in Chile”, mediante el trabajo, capacidades y conocimiento conjunto de los actores del cluster minero. La complejidad del desafío y las características de la industria requiere la participación de empresas proveedoras, centros de investigación y universidades a la hora de hablar de innovación.

Un modelo que ordena y ofrece incentivos claros a cada uno de los involucrados es la innovación abierta, donde el Programa de Proveedores de Clase Mundial que se encuentran desarrollando BHP Billiton, Codelco y otras compañías se constituye en un ejemplo concreto de ello.

Por un lado, las compañías mineras pueden mejorar la eficiencia de sus procesos a través de innovación, y las empresas proveedoras pueden aprovechar sus capacidades para desarrollar productos y servicios con potencial de ser escalados en el país y en otras latitudes. Adicionalmente, se generan incentivos en los centros de investigación al permitirles potenciar y transferir las investigaciones en torno a las problemáticas de la industria.

Sin embargo, si hablamos de competitividad en el sector minero existe otro aspecto relevante, ya que no sólo se necesitan soluciones innovadoras sino mejorar la productividad y los estándares de todos los participantes de la cadena productiva.

En esta línea, un trabajo fundamental tras este período expansivo de la minería, es que las empresas proveedoras deben focalizarse en aquellos aspectos en que generan mayor valor agregado y son más competitivas. En Fundación Chile hemos comenzado a trabajar este aspecto a nivel regional con las diversas asociaciones gremiales.
El contexto actual de la industria se presenta como una oportunidad que incentive la participación de todos los actores para mantener y mejorar la posición competitiva del país. Para ello, se requiere establecer en los actores involucrados compromisos de largo plazo para potenciar el desarrollo del cluster y con ello, superar los desafíos presentes.

Por Milena Grunwald, Asesora Experta Cluster Minero Fundación Chile