¿Cómo viene el 2019 para la minería?

11 febrero, 2019
minería faena - Fabián Rivas

Al analizar el mercado del cobre se proyectan déficits para los años 2019-2020, los que se acentuarán en los siguientes dos años 2021-2022, avizorando precios del cobre más elevados. Se espera que la cotización del cobre el presente año se sitúe en un rango entre US$2,95 y US$3,05 por libra.

Por Álvaro Merino Lacoste, de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami)

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Para el año 2019, proyectamos un modesto desempeño sectorial con un crecimiento de sólo 1%. El desempeño proyectado para la minería el presente año se explica, fundamentalmente, porque no hay nuevas faenas mineras que ingresen al parque productivo o incrementos relevantes de producción de yacimientos en actual operación. Por ello, es muy importante como país reencantar nuevamente a los inversionistas y dar un impulso robusto a la inversión.

En este contexto, son muy positivos los anuncios de inversiones mineras que hemos conocido en el último tiempo por un monto de US$14.500 millones, que comprende la ampliación de las faenas Spence, Los Bronces, Los Pelambres, Quebrada Blanca y Collahuasi. La mayoría de ellos iniciarían operaciones entre los años 2021 a 2023.

Esperamos y confiamos que se incrementen los anuncios de inversión durante el presente año, porque Chile continúa siendo atractivo en minería. Pero no debemos dormirnos en los laureles, y considero necesario perseverar en las políticas públicas que contribuyan al desarrollo de la industria minera, pues lo relevante en esta materia es que el inversionista disponga de los mecanismos que le permitan contar, en forma clara, precisa y concreta, con la certeza jurídica y económica necesaria para materializar sus proyectos.

Se debe tener presente que cuando se hace una inversión en un país determinado no sólo hay que centrar la atención en los costos, sino también en el marco institucional, jurídico, económico y político, y en este sentido, Chile ha generado confianza, estabilidad y seguridad, elementos claves para atraer la inversión, especialmente en la minería, cuyos proyectos se desarrollan en el largo plazo.

Pues lo que distingue y diferencia a los países no son los recursos naturales en sí, sino que la institucionalidad que se da para hacer uso eficiente de los recursos que se disponen. Por ello, aquellos países que toman medidas que afectan la confianza en las instituciones, implica necesariamente menor inversión y desarrollo.

Será precisamente esta nueva inversión la que impulsará los niveles de empleo en la minería, que durante el año 2018 se situaron en un nivel promedio del orden de 207.000 ocupados en el sector, muy por debajo del empleo sectorial de años anteriores, como por ejemplo en los años 2014-2015, donde la ocupación promedio alcanzó a 237.000 trabajadores, pero superior a la de los años 2016-2017, donde marcó sólo 200.000 empleos promedios en esta actividad productiva.

Panorama mundial

Respecto del aporte de la minería al financiamiento fiscal, que comprende tanto excedentes de Codelco como tributación de la minería privada, esperamos niveles similares a los de 2018, cuando registró una contribución del orden de US$4.200 millones, debido a que, como ya expresamos, tendremos leve aumento tanto en producción como en precio del cobre.

Para el año 2019, el gerente de Estudios de la Sonami, Álvaro Merino, proyecta un “modesto desempeño sectorial con un crecimiento de sólo 1%”. (Foto: Antofagasta Minerals)

Por otra parte, al analizar el mercado del cobre se proyectan déficits para los años 2019-2020, los que se acentuarán en los siguientes dos años 2021-2022, avizorando precios del cobre más elevados. Esperamos que la cotización del cobre el presente año se sitúe en un rango entre US$2,95 y US$3,05 por libra. Sin embargo, hay elementos de riesgo que pueden modificar dicha proyección, me refiero al comportamiento de China como principal consumidor de cobre del mundo el que actualmente capta el 50% del consumo mundial.

El gran riesgo del gigante asiático es su alto nivel de endeudamiento, ante lo cual el politburó, máximo organismo de decisión del partido comunista chino, ha mostrado preocupación, señalando que impulsará una política fiscal proactiva y una política monetaria prudente. A ello se agrega la desaceleración de la economía china, que en 2018 mostró su crecimiento más bajo en tres décadas.

También es motivo de preocupación los futuros aumentos de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, pues debemos tener presente que nuevos incrementos de la tasa de interés presionarán a la baja el precio de los metales.

Sin embargo, el presidente de la Reserva Federal ha señalado que los futuros incrementos de la tasa rectora se harán a un ritmo más pausado. Además, es preciso considerar los nubarrones que se aprecian en Europa, particularmente en Gran Bretaña por la incertidumbre relativa a cómo van a terminar las negociaciones por el Brexit y al término del estímulo monetario por parte del Banco Central Europeo.

También hay que prestar especial atención a los vientos de recesión que se observan en el horizonte, aún en forma difusa, debido entre otros aspectos, al término del estímulo monetario y fiscal en Estados Unidos.

Junto con ello, debemos considerar las tensiones entre las dos principales economías del planeta por la llamada guerra comercial. Sin embargo, se ha fijado una tregua por noventa días, período en el que los líderes de ambas naciones esperan alcanzar un acuerdo.

No obstante, este conflicto ya ha impactado la economía mundial. Tanto es así, que el FMI recientemente ha ajustado su proyección de crecimiento para los años 2019 y 2020, debido precisamente a la disputa comercial entre los dos gigantes de la economía mundial.

El organismo financiero internacional estima un crecimiento de 3,5% para el presente año, esto es una caída de 0,2 puntos respecto de la proyección de octubre pasado, en tanto que para 2020 lo sitúa en 3,6%, es decir, 0,1 puntos menos que en el informe anterior.

Al respecto, esperamos y confiamos en que se logre el anhelado acuerdo, pues si se profundiza la controversia comercial podría ocasionar una menor actividad económica a nivel global, lo que afectaría la demanda por cobre y, en consecuencia, impactaría su precio, presionándolo a la baja. En caso contrario, si se allanan las posiciones y se alcanza un alto grado de entendimiento, lo más probable es que veamos precios al alza al despejarse la incertidumbre respecto del desempeño de la economía mundial.

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Artículo preparado especialmente para Revista Nueva Minería y Energía por Álvaro Merino Lacoste, gerente de Estudios de la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI).

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