Cogeneración eficiente: terreno fértil en Chile

27 agosto, 2017
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(Ilustración: Rework)

(Ilustración: Fabián Rivas)

El gobierno ha impulsado la cogeneración como una herramienta para seguir desarrollando la eficiencia energética en el país. Sin embargo, las principales barreras a derribar para introducir esta tecnología de manera más masiva son los elevados costos de inversión y el desconocimiento de los beneficios económicos a mediano y largo plazo.

Por Paula Chapple
Revista Nueva Minería y Energía
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La necesidad de contar con una energía más confiable, sustentable, inclusiva y a precios razonables, llevó al gobierno de Chile, a través del Ministerio de Energía, a desarrollar una estrategia a mediano y largo plazo para el sector energético del país. Es así como se crea la Agenda de Energía 2025 y la Política Energética 2050, dentro de cuyos lineamientos destacan, como plan de acción, el aprovechamiento de los potenciales energéticos en los procesos productivos.

Uno de las herramientas a considerar que plantea la Agenda de Energía para permitir un mayor desarrollo de la eficiencia energética y mitigar las emisiones de CO2 dentro del país es la llamada cogeneración.

Este concepto se refiere a la generación simultánea de energía eléctrica y calor útil a partir de un único proceso de consumo de energético primario. Una tecnología que permite que el calor y la potencia eléctrica sean conjuntamente generados por una sola unidad y utilizados por el mismo consumidor.

Fomento a la cogeneración

Los consumos energéticos en Chile han presentado incrementos significativos en los últimos 27 años, con un alza superior al 319%. Ello llevó a la Agencia Chilena de Eficiencia Energética (AchEE) a crear el año 2012 un programa especial de fomento a la cogeneración, que busca planificar y preparar proyectos de este tipo “y generar capacidades nacionales para el desarrollo y fomento de esta tecnología”, según destaca Juan Pablo Payero, ‎jefe del área Industria y Minería de la AChEE.

Adicionalmente, y con el apoyo de la empresa alemana GIZ, se desarrolló un proyecto que apuntaba a reducir las emisiones en Chile a través de la aplicación de la cogeneración en los sectores industrial y comercial.

Pero el impulso a la cogeneración ha seguido. Es así como entre los años 2011 y 2015 se desarrollaron proyectos pilotos de cogeneración que lograron insertar esta tecnología en la política pública de la eficiencia energética, con plantas pilotos que sirvieron de ejemplo y permitieron presentar resultados concretos.

“La cogeneración es una de las medidas más costo efectivas y con mejores resultados, y es una alternativa muy valorada cuando se habla de medidas de eficiencia energética y de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Pensando en una generación adicional descentralizada, la cogeneración es atractiva como una de las soluciones”, señala Cecilia Figueroa, asesora del programa de Energías Renovables y Eficiencia Energética en Chile de GIZ.

Un camino posible

La cogeneración se entiende como cualquier proceso que disipe altas tasas de calor al ambiente, independiente si su objetivo es producir energía eléctrica o no.

(Fuente: AChEE)

“Tiene un alto potencial de producción de energía térmica para una segunda aplicación. Esto evita lo que en eficiencia energética se conoce como destrucción de exergía (destrucción de la capacidad de producir trabajo mecánico)”, explica Andrés Díaz, académico e investigador de la Escuela de Ingeniería Industrial y del Centro de Energía y Desarrollo Sustentable de la Universidad Diego Portales (UDP).

En ese sentido Chile posee un alto potencial para el desarrollo de la cogeneración, pudiendo ser un importante aliado para las políticas públicas futuras.

“Desde el 2016 los esfuerzos se han enfocado más que nada a perfeccionar el marco regulatorio, ya que la cogeneración no estaba incorporada en las normativas técnicas chilenas a pesar de estar presente desde hace años en el país. Las grandes industrias cuentan con esta tecnología desde hace mucho tiempo, con instalaciones de cogeneración tradicionales, es decir, en base a biomasa y residuos”, agrega Juan Pablo Payero de la AChEE.

Avances

Si bien este tipo de tecnología aún está en desarrollo, lo que ha impedido masificar su implementación, la Agencia Chilena de Eficiencia Energética ha seguido impulsando esta herramienta a través de diversos programas enfocados en fomentar el desarrollo de la cogeneración y la evaluación de nuevos proyectos en el país.

“Según estudios del Ministerio de Energía, el potencial chileno para cogeneración es de 2 GW, aproximadamente. Esto considera el sector comercial, industrial y minero”, comenta Andrés Díaz de la UDP.

Actualmente el Ministerio de Energía promociona el uso de combustibles limpios, como por ejemplo el gas natural, para reducir la contaminación en zonas saturadas. Esto se ha llevado a cabo a través de concesiones de terrenos a empresas de distribución de combustibles para la instalación de matrices de gas natural licuado (redes locales) a zonas que no disponían de éstas.

En temas normativos se cuenta con el Decreto Supremo N° 6 de 2015 del Ministerio de Energía, reglamento que establece los requisitos que deben cumplir las instalaciones de cogeneración eficiente.

Por otra parte se ha trabajado en el Pliego Técnico N° 9: ‘Sistemas de autogeneración’, el cual incluye ahora a los sistemas de cogeneración (NCh. Elec. 4/2003 de ‘Instalaciones de baja tensión’).

Asimismo, recientemente fue aprobado el Decreto Supremo DS 119 ‘Reglamento de seguridad en las plantas de biogás’, que incluye precisamente a la cogeneración, además de la llamada trigeneración. Esta nueva normativa define temas de seguridad para las plantas de biogás, e introduce modificaciones al reglamento de instaladores de gas.

Finalmente se puede mencionar que las instalaciones de cogeneración eficiente son incluidas en la Ley 20.571 para la Generación Distribuida.

El caso de Coyhaique

Un caso de éxito es el proyecto de cogeneración del Hospital Regional de Coyhaique, desarrollado por la alemana GIZ, el Ministerio de Energía y la AChEE.

El proyecto, que empezó a idearse el año 2010 y que comenzó su operación durante junio de 2014, tiene un rendimiento térmico anual del 60%, un rendimiento eléctrico del 31% y un rendimiento global del 91%.

Además, ha generado un 36% de ahorro de energía primaria, aporta un 30,1% de la energía total que consume el hospital, y genera 38,4% de aporte a la demanda eléctrica y 23,3% de aporte demanda térmica.

“Este proyecto ha permitido al Hospital de Coyhaique un ahorro total de 280 millones de pesos, considerando que el valor promedio de la mantención cada 1.500 horas de operación es cercano a los 4 millones”, destaca Juan Pablo Payero.

Según estudios del Ministerio de Energía, el potencial chileno para cogeneración es de 2 GW, aproximadamente. Esto considera el sector comercial, industrial y minero. (Foto: AChEE)

De acuerdo a datos de la AchEE, en todo el tiempo de funcionamiento del proyecto se ha contribuido al ahorro en la emisión de 700 toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2eq), gases considerados los principales causantes del fenómeno de calentamiento global.

El éxito de esta experiencia en el Hospital de Coyhaique ha impulsado a los mismos actores detrás del proyecto a desarrollar una nueva iniciativa en el país. Esta vez, se trata de apoyar a las instituciones chilenas en la elaboración y adaptación de normas internacionales a las condiciones locales y en el análisis del potencial del mercado para seguir introduciendo soluciones de cogeneración.

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