Chuquicamata postulará como patrimonio mundial

10 diciembre, 2012
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10-12-2012 La Tercera – Noticias
Así se lo ha propuesto la agrupación “Hijos y Amigos de Chuquicamata”, en un proceso que partirá por ser considerada zona típica

No sólo los chuquicamatinos que viven en Calama quieren postular al campamento minero como patrimonio mundial o de la humanidad. Ex vecinos que nacieron en el recinto administrado por Codelco y que viven en distintos puntos del país e incluso en el extranjero están reuniendo firmas para apoyar este proceso que se originó formalmente con la aprobación de un proyecto de acuerdo en la Cámara de Diputados.

Según indicó el diputado de la zona Marcos Espinosa, mediante esta indicación se solicita al Presidente de la República iniciar el proceso que permita lograr el reconocimiento de patrimonio mundial, distinción que resalta el valor histórico, artístico, científico, estético, arqueológico o antropológico del lugar, y que constituye una riqueza para toda la humanidad. Para eso el Mandatario debe instruir al Consejo de la Cultura, cuyo primer paso es lograr el estatus de zona típica.

Cabe señalar que actualmente los vestigios del campamento, correspondiente al sector de la plaza, la iglesia, la escuela, el club deportivo y algunas casas, están dentro de las instalaciones de Codelco, y por lo tanto, su acceso es restringido. “No queremos alterar el normal funcionamiento de la mina. Lo que se pretende es poner en valor el campamento de Chuquicamata en su real dimensión como patrimonio industrial, cultural y social, y como un recuerdo material para todos quienes vivimos ahí”.

Valoración ciudadana

Juan Carlos Tejerina, presidente de la Agrupación de Hijos y Amigos de Chuquicamata, además de trabajador de la mina, destacó que este movimiento ha motivado a los chuquicamatinos que, tal como él, quieren preservar el lugar que los vio nacer por su valor histórico, pero también personal”. Era un lugar de trabajo, pero también era nuestro hogar. Había un gran sentido de barrio y de unión con los vecinos, por eso es importante que el lugar no desaparezca. Pertenecemos a ese lugar, aunque vivamos físicamente en Calama”, señaló.

Por su parte, Miriam Bolados, presidenta de las juntas de vecinos de las poblaciones chuquicamatinas en Calama, comenta su fuerte arraigo con el campamento. “Nos sentimos ajenos en nuestra tierra. Por eso como chuquicamatinos merecemos tener al campamento como patrimonio y celebrar ahí como celebran en Sewell, Pedro de Valdivia o Humberstone, donde la gente que vivió ahí puede entrar libremente”, señaló.

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