Chile y Estados Unidos, siguiendo la brújula de la estabilidad

30 julio, 2017
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Tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, todo parece indicar que la relación comercial entre Chile y el país norteamericano seguirá el mismo camino que ha transitado hasta ahora: una relación marcada por el crecimiento del intercambio bilateral.

Por Daniela Tapia
Revista Nueva Minería y Energía
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En medio de algunas protestas, el 20 de enero pasado asumió Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos. Hecho que puso en alerta al mundo no sólo por las polémicas declaraciones que realizó el mandatario cuando estaba en campaña, sino especialmente por la nueva relación que propuso con el resto del mundo.

Aunque aún es muy pronto para sacar conclusiones sobre esta nueva presidencia, todo parece indicar que la relación comercial entre Chile y Estados Unidos seguirá el mismo camino que ha transitado y en el que ha predominado la estabilidad. Una relación marcada en la última década por el Tratado de Libre Comercio entre ambos países, que permitió aumentar el comercio bilateral a un ritmo de 11% promedio anual.

Y es que para Estados Unidos, Chile representa un importante destino de exportaciones en América Latina, sumando un total de US$ 15 mil millones en 2015, cuatro veces la cantidad exportada en 2004 según cifras del Ministerio de Relaciones Exteriores. También, y según cifras de la Cancillería, Estados Unidos es el principal consumidor de servicios chilenos, cuyo valor alcanzó los US$ 223 millones en 2015.

Energía: un nicho que crece

Si hay un nicho en el que destacan los lazos comerciales entre ambos países es en el sector energético, donde Chile se ha convertido en un atractivo foco para la inversión americana.

Hoy están presentes importantes compañías estadounidenses en suelo nacional como AES Gener, Cheniere, First Solar y Solar Reserve, entre otras. Esta última anunció nuevos proyectos en la Región de Tarapacá para proporcionar electricidad durante las 24 horas del día a través del proyecto Tamarugal Solar, una de las iniciativas solares más grandes del mundo en cuanto a almacenamiento de energía.

A su vez, el intercambio de experiencias entre Chile y Estados Unidos en el campo de la energía también ha sido una importante herramienta de colaboración entre ambos países. De hecho, hace unos meses el Consejo Empresarial de Energía Chile-Estados Unidos de la Cámara Chileno Norteamericana de Comercio (AmCham Chile) organizó la “Misión Chile-Estados Unidos: Redes Inteligentes y Nuevos Modelos de Distribución Eléctrica”, la cual contó con el apoyo de la Embajada de Chile en Estados Unidos.

La misión incluyó la visita de las autoridades chilenas y representantes del sector a las ciudades de Nueva York y Boston, con el objetivo de explorar nuevas alternativas de distribución eléctrica y conocer las últimas innovaciones tecnológicas, marcos normativos y modelos comerciales en esta materia.

Para Tatiana Molina, gerente de Contenidos y directora del Consejo Empresarial de Energía Chile-Estados Unidos de AmCham Chile, a través de esta misión se pudo conocer diversas experiencias y buenas prácticas, como el modelo Reforming the Energy Vision (REV), el cual actualmente se aplica en la ciudad de Nueva York.

Una iniciativa que, a juicio de la ejecutiva, se sustenta en una mirada integral del ámbito energético de dicha ciudad, centrándose en la adaptación de la regulación energética, en la política de incentivo y en el rol de las distribuidoras eléctricas. ¿El objetivo? Satisfacer de mejor forma las demandas actuales del regulador y las personas, y también para facilitar la incorporación de nuevas tecnologías en la red de distribución.

“Mediante esta experiencia, grafico el espíritu de colaboración entre ambos países, cuyos modelos y mejoras se pueden aplicar a diversas realidades y desafíos en materia energética en Chile”, dice la especialista.

Punta de lanza en tecnología

No hay duda que Estados Unidos tiene tecnologías que son atractivas y, sobre todo, mano de obra especializada. Un ejemplo de ello es lo que ocurre en el estado de California, específicamente en la ciudad de San Diego, donde está situado el conjunto de baterías de litio más grande en dicho país, las que almacenan energía de diversas fuentes como la eólica, solar y gas natural.

A ello se suman otras iniciativas de baterías de litio en lugares como Ontario y que son lideradas por Tesla. La finalidad de estos proyectos apunta a proveer energía a un gran número de familias -20.000 en el caso de San Diego- por varias horas.

“Lo interesante es que la industria del litio chilena podrá aprender de dichas experiencias, de modo de adaptarlas a la realidad nacional”, agrega Tatiana Molina, de la AmCham.

El sector energético es un nicho en el que destacan los lazos comerciales entre ambos países. Chile se ha convertido en un atractivo foco para la inversión americana.

También destacan las tecnologías de exploración minera submarina, en donde empresas como Lockheed Martin Corp., entre otras, podrían implicar nuevos progresos para Chile, además de los avances en materia de certificaciones dirigidas a fortalecer programas de entrenamiento, capacitación y profesionalización de este sector en general.

“Es interesante la experiencia de organismos como Mine Safety and Health Administration (MSCHA) del Departamento del Trabajo del Gobierno de Estados Unidos, y también de otras organizaciones como la National Mining Association, organismo que apoya el desarrollo de políticas públicas centradas en seguridad, sustentabilidad y uso de transporte en el manejo de recursos mineros”, señala la representante de AmCham Chile.

Oportunidades para Chile

Chile también se ha ido posicionando como inversionista en Estados Unidos, destacando la presencia de importantes firmas como Arauco, Concha y Toro, Copec, Bci, Crystal Lagoons y Antofagasta Minerals.

Y es que desde el punto de vista del comercio y de la inversión, según la ejecutiva, Chile aporta a la economía estadounidense y en este escenario no deberían haber mayores cambios en relación a los que se han producido a nivel internacional, ya sea en política exterior, convenios comerciales, entre otros aspectos. “Esta es una relación bilateral que continúa fortaleciéndose”, indica Tatiana Molina.

Pero los esfuerzos no se detienen ahí. Con el fin de apoyar la internacionalización de empresas chilenas en Estados Unidos, hace algunos años la Cámara Chileno Norteamericana de Comercio (AmCham Chile) impulsó el programa Look North.

Una de las iniciativas más recientes de este programa fue el “Bootcamp: Fundraising and Reaching Global Investors para start-ups de base científica en etapas tempranas”, que busca que emprendedores chilenos tengan las herramientas necesarias para poder levantar capitales estadounidenses para sus proyectos.

Así las cosas, todo parece indicar que la relación comercial entre Chile y Estados Unidos seguirá avanzando por el mismo camino. Pero para que se consolide deberá abarcar otras industrias, incluso de avanzada como lo es la inteligencia artificial, robótica y el big data incorporado al sector minero. ¿La clave? Proyectar el intercambio comercial con una visión de futuro, que sume nuevas innovaciones y acuerdos.

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