Canadiense Brookfield venderá su participación en Transelec

5 junio, 2017
transelect

Junto a un consorcio de administradores de fondos de pensiones de ese país, en 2006 esta firma entró en la propiedad de Transelec.

Al parecer, poco más de una década fue suficiente para ellos. Brookfield Asset Management (BAM) puso en venta su participación en Transelec, la mayor transmisora eléctrica del país, con una participación de mercado que ronda el 97% a nivel de transporte troncal de energía.

El proceso, comentan conocedores, comenzó hace poco tiempo y fue encargado al banco Santander, el que ya estaría contactando a eventuales interesados en el 27,7% que tiene la canadiense en la transmisora.

A mediados de abril un grupo de representantes del consorcio controlador de Transelec, donde también estaba su gerente general, Andrés Kuhlmann, se reunió con el ministro de Energía, Andrés Rebolledo. Aunque en el registro de la plataforma del Lobby figura en términos generales que el objetivo de la cita era hablar de “inversiones en Chile”, trascendió que el presidente de la empresa y representante de Brookfield, Benjamin Vaughan, le habría comunicado a la autoridad este plan de salida.

En 2006 y como líder de un consorcio en que también participan las administradoras de fondos previsionales e inversiones institucionales Canada Pension Plan Investment Board (CPP), British Columbia Investment Management Corporation (bcIMC) y Public Sector Pension Investments (PSP), Brookfiled compró el 100% de Transelec a su connacional Hydro Québec.

En ese momento la operación se inscribió como el mayor desembolso realizado en la historia por un activo chileno, pues pagaron US$ 1.500 millones, por la empresa que entonces era el único actor en el negocio de transmisión.

Mercado diferente

Una década después de esa mega operación, el entorno de la transmisión eléctrica ha cambiado mucho, no sólo porque se han multiplicado los competidores y hay varios actores de talla mundial que miran con interés al país, sino porque las condiciones de desarrollo ya no son las mismas, con plazos más largos y costos más elevados.

A esto se sumó la modificación del marco legal para la transmisión, iniciativa que fue denominada como la reforma más importante de las últimas décadas para la industria eléctrica. Durante la tramitación de esta ley Transelec acusó el impacto económico que tendría esta norma para la empresa.

Por otra parte, en la industria se comenta que la restricción directa e indirecta que las transmisoras tienen para participar en generación y distribución eléctrica, sería otro de los elementos que motivaría a Brookfield para desprenderse del negocio local, ya que durante la discusión de la Ley de Transmisión le pidieron al gobierno derogar esa prohibición, lo mismo que hicieron otros actores.

La suma de estos factores, dicen en el sector, amenazaría con reducir los márgenes que la norteamericana puede obtener en esta actividad.

Brookfield, que declinó hacer comentarios sobre la venta de Transelec, ha estado activa en la compra de activos de generación en la región. Le ganó la puja a Colbún por los activos de Isagen en Colombia, y busca hacerse con los operaciones que la quebrada Sunedison tenía en las yieldcos Terraform.

El 11 de mayo, en la entrega de resultados a marzo, el CEO de Brookfield, Bruce Flatt, dijo que en todos sus negocios, cuando encuentran valores de mercado privados que exceden lo que pueden invertir, “nuestro trabajo, como administradores de capital, es seguir vendiendo porciones de activos o activos en su totalidad y redistribuir el capital en otras partes y, a veces, eso significa que lo estamos poniendo en desarrollos para crecer”.

Los otros activos que maneja el fondo en Chile

En septiembre de 2011, cinco años después de haber llegado al país y tras intensos análisis, Brookfield se extendió en estas tierras: lo hizo comprando dos autopistas urbanas. Los canadienses se quedaron con las autopistas Vespucio Norte y Túnel San Cristóbal, en una operación valorada en 216 millones de euros (unos US$ 280 millones de la época) al quedarse con los porcentajes que estaban en manos del grupo constructor español ACS ligado a Florentino Pérez. En el caso de Vespucio Norte, ACS tenía 46,48%, mientras el resto era de la alemana Hochtief (donde de todos modos ACS era accionista) y a la Compañía Española de Financiación del Desarrollo (Cofides). Túnel San Cristóbal estaba en manos de ACS y Hochtief en partes iguales.

De todos modos, al tiempo después logró completar el 100% de la propiedad de ambos activos.

Así, los canadienses tienen autopistas que en 2016 le generaron ingresos por $ 86.835 millones (unos US$ 130 millones) y utilidades por $ 3.782 millones (US$ 5,6 millones), al considerar las ganancias de $ 7.021 millones de Vespucio Norte y restar $ 3.239 millones de pérdida del túnel que une Providencia y Huechuraba.

También estuvieron interesados en Américo Vespucio Oriente I. De hecho, fue uno de los dos interesados por construir la autopista urbana subterránea en sociedad con Cintra, aunque finalmente no pudieron superar la oferta del consorcio OHL-Sacyr, que debería comenzar obras entre fin de este año e inicios del próximo. Aunque en ese concurso su oferta técnica fue superior, la de los españoles fue más competitiva en lo económico.

Fuente: Diario Financiero

Noticias Relacionadas