Cambio climático, un desafío sin fronteras

10 diciembre, 2018
Cambio climático glaciares ilustración

(Ilustración: Fabián Rivas)

El aumento de la temperatura del planeta está generando variaciones climáticas a causa de la actividad del ser humano. Esta alarmante realidad plantea una serie de retos para la industria minera, en línea con los esfuerzos para reducir los efectos del cambio climático y adaptarnos a sus consecuencias.

Por Camila Morales

Revista Nueva Minería y Energía

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No cabe duda que es uno de los grandes desafíos que enfrentamos como humanidad. El cambio climático -un concepto muchas veces utilizado, pero pocas veces comprendido- llegó para quedarse. Las actividades realizadas por el ser humano, especialmente post Revolución Industrial, han generado un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que provoca un aumento de la temperatura del planeta.

Es lo que conocemos como calentamiento global, la principal causa del cambio climático. Este proceso tiene consecuencias negativas en el planeta, como cambios en los ecosistemas, desertificación y fenómenos meteorológicos extremos. Tomando en cuenta este contexto, ¿cuáles son los principales desafíos que identifica la industria minera para aportar en la mitigación y adaptación a este proceso?

En la opinión de José Tomás Morel, gerente de Estudios del Consejo Minero, “el principal desafío es que la autoridad tenga una estimación robusta sobre la brecha que tenemos para cumplir la meta nacional el 2030 del Acuerdo de París. La verdad es que hoy nadie sabe si estamos cerca o lejos de esa meta, y por lo tanto tampoco sabemos cuánto esfuerzo adicional debemos hacer”.

El Acuerdo de París fue firmado en noviembre de 2015 por 195 países, entre ellos Chile, comprometiéndose a concretar políticas que apunten a un desarrollo más sostenible. Al respecto, José Tomás Morel añade que “el segundo desafío es tener un catálogo actualizado de las medidas que el país puede tomar para cumplir esa meta (…). Una vez conocido lo anterior, la minería asumirá el aporte que le corresponda. Pero como no podemos paralizarnos mientras la autoridad resuelve lo anterior”.

Desafío país

Pese a los esfuerzos que se realizan a nivel mundial, el cambio climático no se puede evitar. Por ello son relevantes aquellas iniciativas a pequeña, mediana o gran escala que ayuden a reducir los efectos y adaptarnos al nuevo escenario caracterizado por características ambientales extremas.
Para Pilar Moraga, investigadora del Centro de Derecho Ambiental de la Universidad de Chile y del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), a nivel país, “desde la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 1992, se ha desarrollado una política pública en concordancia con las directrices internacionales”.

La experta destaca la creación del ministerio del Medio Ambiente, el Servicio de Evaluación Ambiental y la Superintendencia del Medio Ambiente. No obstante, recalca “el limitado compromiso del ministerio de Hacienda respecto de los esfuerzos en esta materia. Dado lo anterior, la dictación de una Ley de Cambio Climático es necesaria para establecer una base institucional adecuada que permita determinar claramente las responsabilidades de los distintos sectores y mecanismos de accountability”.

Sin una ley específica aún, el debate respecto al accionar del rubro minero se centra en el uso de recursos renovables y otras tecnologías de baja emisión para la generación de energía. En relación a este punto, Sebastián Vicuña, académico de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica y director del Centro de Cambio Global UC, señala que el sector ha tomado medidas “necesarias”.

“Es esperable que una industria que realiza grandes inversiones, tenga evaluaciones de riesgo, porque al final, el cambio climático es un riesgo para el negocio (…). Las empresas en general han hecho el trabajo de ser eficientes en el uso de los recursos”, recalca. No obstante, advierte que aún “hay desafíos interesantes de resolver, como el transporte de camiones y los pasivos ambientales”.

Respecto a estos retos, José Tomás Morel afirma que “la gran minería, representada por el Consejo Minero, reconoce que el cambio climático es un fenómeno global, cuya comprensión y forma de abordar debe involucrar a todos los actores de la sociedad, entre ellos la propia industria”.

Los glaciares en el debate

Si hay un tema en que la actividad minera está en el ojo del huracán cuando de desarrollo sustentable se trata, es a la hora de operar en lugares cercanos a glaciares. Basta recordar la polémica sobre el proyecto Pascua Lama, de Barrick Gold, en la Región de Atacama.

En relación a este punto, Sebastián Vicuña señala que sí es posible desarrollar la minería en un contexto como éste, argumentando que “se pueden establecer medidas de mitigación para evitar que ocurran impactos negativos”, pese a que, clarifica, “la empresa tiene que hacer todos los estudios para no tener efectos negativos sobre los glaciares existentes, y eso sí que es un enorme desafío”.

¿Cuál es la opinión de la industria? Para el representante del Consejo Minero, el principal resguardo para que la minería pueda desarrollarse cercano a los glaciares “es el que otorga el SEIA. Cualquier proyecto que pueda tener impacto en glaciares, debe cumplir con las exigencias de un proceso que evalúa tales impactos potenciales, obliga a mitigarlos y eventualmente a compensarlos. La actividad minera hace muchos años está sometida al SEIA, y por lo tanto, las operaciones cumplen con todas sus exigencias”.

Pero no todos comparten esta opinión. Desde el punto de vista jurídico, Ximena Insunza, subdirectora de la Escuela de Pregrado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile e investigadora del Centro de Derecho Ambiental de la misma casa de estudios considera urgente la dictación de “una ley que determine claramente y de manera democrática cuál es el nivel de protección que como sociedad estamos decididos a darles” a los glaciares.

“En la elaboración de ese cuerpo legal, la ciencia debiera tener un rol sumamente relevante para explicar cuáles son los efectos que las distintas actividades pueden tener en los glaciares. Lo que no puede seguir sucediendo es que no exista un marco determinado y que la respuesta siga radicada, caso a caso, en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental”, recala Ximena Insunza.

De esta manera, el debate continúa respecto al quehacer de una de las industrias más importantes del país bajo el contexto de cambio climático. Porque pese a que es un proceso inevitable, que cada día evoluciona, se puede trabajar activamente para reducir o mitigar sus efectos en el planeta.

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