Revista Nueva Minería

(Foto: Matías Aros)

Bolivia destaca en el mapa minero latinoamericano por poseer una de las mayores reservas de litio del mundo: el salar de Uyuni. De ahí el interés del gobierno por impulsar la industria del llamado “oro blanco”.

Camila Morales
Revista Nueva Minería y Energía
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Si el vaticinio de los expertos se cumple, en unos 50 años las reservas de petróleo existentes en el mundo estarán agotadas. Es por eso que ante el inminente fin de la extracción del llamado “oro negro”, expertos ya analizan nuevas alternativas para el abastecimiento de energía, principalmente para el transporte.

Poniendo la mirada en el futuro, diversos actores trabajan a toda máquina para comenzar a desarrollar una nueva industria centrada en el litio, mineral que posee propiedades que lo hacen fundamental para la elaboración de baterías que alimenten a los automóviles eléctricos, los teléfonos y los más diversos equipos portátiles.

En este contexto, el salar de Uyuni, en Bolivia, juega un rol fundamental por el hecho de concentrar una de las mayores reservas de litio en salmuera a nivel mundial. Un verdadero tesoro para las necesidades que tendrá la sociedad moderna en el mediano plazo.

Pero como la extracción del llamado “oro blanco” ya es una realidad, el gobierno de Bolivia encabezado por el presidente Evo Morales, se encuentra trabajando en los lineamientos que permitirán avanzar en la industrialización de las cotizadas reservas en suelo andino.

De hecho, en el mes de febrero el ministro de Energías de ese país, Rafael Alarcón, informó que fue enviado al Congreso un proyecto de ley para la creación de la empresa Yacimientos del Litio Bolivianos (YLB), con el objetivo de industrializar este metal alcalino.

“El gobierno ha tomado la decisión de crear la empresa denominada Yacimientos del Litio Bolivianos, la cual se encargará de la industrialización en toda la cadena del mineral que tenemos en nuestros salares”, afirmó el secretario de Estado, quien agregó que la empresa “arrancará con los recursos económicos comprometidos para industrializar el litio, lo cual asciende a US$ 200 millones”.

Camino a la industrialización

En línea con la creación de esta nueva empresa estatal que se encargará de la prospección, exploración, explotación y comercialización del litio boliviano, el país ha impulsado otros proyectos para avanzar en la industrialización de este mineral.

Una de ellas es la puesta en marcha de una planta de carbonato de litio en el salar de Uyuni, fruto de un acuerdo establecido en 2015 entre el gobierno boliviano y una empresa de ingeniería alemana para la construcción de esta planta. Se espera que la iniciativa inicie sus operaciones en el mes de mayo.

Para el viceministro de Altas Tecnologías Energéticas de Bolivia, Luis Alberto Echazú, “el desarrollo de este proyecto es vital para el país, pues en varias regiones del orbe, como Asia, se potencia la producción de autos eléctricos. Estamos dando un salto gigante desde el punto de vista tecnológico”, agregó.

En efecto, mientras en agosto del año pasado Bolivia exportó las primeras 10 toneladas de carbonato de litio al mercado chino, por un valor de US$ 70.000, las proyecciones del gobierno apuntan a producir en 2018 alrededor de 50.000 toneladas de carbonato de litio, para en 2020 alcanzar la anhelada industrialización del mineral.

Las proyecciones del gobierno boliviano apuntan a producir en 2018 alrededor de 50.000 toneladas de carbonato de litio. (Foto: Danielle Pereira)

Nuevo yacimiento inicia producción

Además de las políticas de desarrollo del gobierno boliviano para potenciar el litio, también han surgido iniciativas que tiene relación con otros minerales. Es el caso del yacimiento polimetálico Thuthu, el cual tuvo su puesta en marcha de manera oficial en febrero pasado.

Luego de que la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) realizara estudios de prospección y exploración que se iniciaron en 2013 y culminaron en 2016, este año se inició la etapa de producción del proyecto.

Se trata de un yacimiento minero en el que se encontraron cuatro vetas con zinc, plata y plomo concentrados, que garantizan su explotación comercial. En esta etapa inicial la primera veta denominada Candelaria tiene 77.558 toneladas métricas brutas (TMB), mientras que la veta Sijsi Khasa concentra 85.783 TMB de minerales.

“Este proyecto es de gran importancia y será el primero que la Comibol inicie con la prospección, exploración y explotación. Este nuevo yacimiento contribuirá con concentrados de zinc para las nuevas plantas de fundición que se implementarán en los departamentos de Oruro y Potosí”, informó el gerente Técnico de Comibol, Roberto Alfaro.