Balance y proyecciones: Lo que dejamos y lo que esperamos

20 enero, 2016
Aurora Williams

Aurora Williams

Las experiencias de 2015 nos llevan a seguir con atención y disciplina el camino. Por eso, con lo aprendido y con lo realizado el año pasado, reafirmamos que la innovación, la eficiencia y el sentido de una minería sustentable son objetivos centrales de la industria del futuro.

Por Aurora Williams Baussa, ministra de Minería
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El año 2015 ha estado cargado de experiencias y lecciones para la minería. En un contexto económico complejo a nivel mundial, la industria tuvo que aprender a adaptarse ante varios escenarios que reafirman que nos encontramos en un entorno cambiante y cada vez más impredecible.

Como ejemplo superlativo, para el Ministerio de Minería fue un desafío enfrentar la catástrofe natural que azotó al norte durante el 26 de abril, y posteriormente el terremoto del 17 de septiembre en Coquimbo. Eso marcó inesperadamente nuestra gestión, porque hubo que realizar esfuerzos colectivos de coordinación para sacar adelante faenas de la gran, mediana y pequeña minería.

Esa capacidad de reacción es la que me inspira como fundamento para abordar las dificultades que encontró nuestra industria en los mercados con la baja del precio del cobre, lo que naturalmente ha tenido un duro efecto en la empleabilidad.

Ante las dificultades, el gobierno ha sostenido su plan y ha incrementado medidas con miras al largo plazo, pero que también atienden las urgencias del presente.

En el caso de nuestra pequeña minería, una actividad que como ministerio atesoramos por su significado profundo y por su aporte a las comunidades alejadas, se entregaron $ 4.755 millones en créditos y adelantos de emergencia.

El aprendizaje ha sido completo, y este año se estableció la creación de un registro de Relaves en Sernageomin, ya que con un catastro acabado, y con más expertos haciendo seguimiento, podemos seguir trabajando por la población en casos de emergencias.

Una mirada hacia el futuro es lo que ha destacado como principio amplio en nuestra cartera. Es así como hemos consolidado una alianza con Valor Minero, en una muestra de lo que puede hacer la convergencia del mundo público-privado.

Por otra parte, las cifras hablan de la necesidad de aumentar la productividad, y para ello hemos trabajado en un sentido que, al mismo tiempo, nos impone metas ambiciosas.

En vista de la escasez hídrica que afecta al país, la industria minera ha sido capaz de aumentar significativamente el uso de agua de mar. Si nos proyectamos del 2015 al 2026, podemos decir que aumentará a una tasa de un 14,1 % anual. Al revés, el consumo de agua fresca disminuirá en 1,9% anual. Es decir, tenemos una muestra de cómo la industria minera tributa al país en beneficio de sus recursos naturales.

En el cierre del año nos enfrentamos a noticias poco alentadoras con respecto al precio del cobre. Pero eso no nos toma por sorpresa. Es así como lanzamos el Observatorio de Costos, el que permitirá hacer un seguimiento periódico a la evolución de los costos de producción de las empresas productoras de cobre. Y, recientemente, hemos anunciado un nuevo mecanismo de sustentación para la pequeña minería del país.

Las experiencias de 2015 nos llevan a seguir con atención y disciplina el camino. Por eso, con lo aprendido y con lo realizado el año pasado, reafirmamos que la innovación, la eficiencia y el sentido de una minería sustentable son objetivos centrales de la industria del futuro.

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