Revista Nueva Minería

Con la llegada de Mauricio Macri a la presidencia, Argentina puso fin a más de doce años de era Kirchnerista. Un cambio de signo político que también comienza a dejar consecuencias en el plano económico. La eliminación de los impuestos a las exportaciones mineras es sólo un ejemplo de una serie de otras medidas que han marcado un nuevo rumbo para el país, pero que al mismo tiempo han generado cuestionamientos.

Camila Morales
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Era octubre de 2015 cuando el entonces candidato presidencial de centro derecha Mauricio Macri daba a conocer su postura frente al desarrollo de la minería en Argentina. “Apuntaré a darle a la actividad un perfil como el que le da Australia o Chile. Debemos crear estrategias para que este sector crezca”, decía el empresario en la provincia de San Juan.

Cuatro meses más tarde, y ya como presidente en funciones, Macri escogió la misma localidad para anunciar al país y al mundo un cambio sustancial para esta área extractiva: la eliminación de las retenciones a las exportaciones mineras, una medida que por años se mantuvo sobre ésta y otras áreas económicas por decisión de la ex mandataria, Cristina Fernández.

Tras este anuncio, Argentina volvió a ser foco de atención para las grandes empresas extranjeras, interesadas en el potencial en oro, plata y cobre de esta nación sudamericana, que en la opinión de su presidente, “ahora sí presenta estabilidad y reglas del juego claras para desarrollar nuevos proyectos”.

Con el fin de una etapa y el inicio de otra en materia económica, Argentina busca impulsar al sector minero. La apuesta es grande, considerando que existen yacimientos auríferos ya identificados que contienen más de 80 millones de onzas de oro, y con reservas de cobre que, si se explotaran, convertirían al país en uno de los cinco mayores productores del metal rojo del mundo.

Desafío 20/21

Ya lo anunciaba el presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), Marcelo Álvarez, en uno de los seminarios de Expomin 2016: “estamos poniendo la casa en orden para comenzar a recibir las inversiones”.

Para los empresarios mineros de ese país, era fundamental abrir el sector hacia nuevos inversionistas, lo que en su visión, se ha facilitado con las últimas medidas anunciadas por el gobierno. “Lo importante es que ya trabajamos en la apertura al mundo y en la recuperación de confianzas”, agregó el representante gremial argentino en la feria minera que se realizó en abril, en Santiago.

Estas palabras reflejan el compromiso del sector privado argentino en potenciar la minería por medio de la inyección de nuevos capitales. En este contexto nace el “Desafío 20/21”, programa que impulsa CAEM y que compromete inversiones en el rubro por US$ 20.000 millones al año 2021, tomando en cuenta proyectos ya existentes y nuevas iniciativas que puedan desarrollarse.

El plan proyecta exportaciones mineras por US$ 25.000 millones, y aportes de la industria al fisco por US$ 6.500 millones. Además, se asegura que podrían generarse “al menos” 40.000 nuevos empleos en el área (sobre un total de 90.000 ya existentes, entre directos e indirectos) en los próximos cinco años.

“Estamos poniendo la casa en orden para comenzar a recibir las inversiones”, afirmó en Expomin 2016 el presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros, Marcelo Álvarez. (Foto: Felipe Pinto)

Las mayores inversiones, según el proyecto, se concentrarían entre 2018 y 2020 con el inicio de la construcción de proyectos de gran envergadura como El Pachón, Taca-Taca, Agua Rica y Los Azules. En esta línea, desde el gobierno afirman que tres zonas concentrarían prácticamente la totalidad de la inversión minera durante este período: Cuyo, el noroeste argentino y la Patagonia.

“La minera puede convertirse en lo que la agricultura representa para la Pampa Húmeda. Tenemos un desafío comunicacional de demostrar qué es la minería, por eso necesitamos trabajar mucho para recuperar el sentido común perdido en nuestra sociedad y en el sector minero”, señaló el ministro de Energía y Minería de Argentina, Juan José Aranguren.

Cuestionamientos

Sin embargo, el giro que ha dado la minería en este país también ha tenido cuestionamientos. En primer lugar, porque el costo fiscal al decidir eliminar las retenciones al sector será de US$ 325 millones, y porque las inversiones contempladas están determinadas a lo que la industria pueda hacer para destrabar proyectos en provincias como Chubut y Mendoza.

Respecto a estas dudas, el presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros ha defendido el plan de inversiones, asegurando que el beneficio final para el país será mayor al perjuicio que representará la eliminación de los impuestos. “Sólo sacando adelante dos proyectos que están en carpeta, se va a pagar en ganancias más de lo que fue el costo de la eliminación de las retenciones”, explicó Marcelo Álvarez.

Los conflictos que puedan llegar a tener los futuros proyectos con las comunidades es otro punto en discusión en esta nueva etapa, tomando en cuenta que actualmente, pese a que la actividad minera es reducida, Argentina ya figura en los primeros puestos de conflictividad del continente.

Para hacer frente a este posible escenario, la Cámara Argentina de Empresarios Mineros está analizando la creación de un organismo privado para vincular de manera más eficaz al sector con el medio ambiente y las comunidades. La idea es que haya un organismo con técnicos independientes y que sirva para velar por las buenas prácticas de la industria.

Y es que el propósito de alcanzar una actividad minera competitiva y eficiente tiene tanto a los privados como al gobierno argentino dispuestos a tomar nuevas medidas para desarrollar esta actividad. ¿La estrategia a seguir? “La alianza público – privada nos permitirá avanzar en una minería de peso mundial. La idea es transformarnos en referentes a escala sudamericana”, aseguró en Expomin 2016 el presidente de la CAEM, Marcelo Álvarez.